CAPÍTULO 9

4705 Palabras

Emma deja la puerta de su casa abierta, para que Roland entre sin llamar, se acerca a la nevera dando saltitos y saca dos cervezas. Después, enciende el televisor y se sienta en el sillón. Esperando a que llegue su amigo, va abriendo una cerveza y da su primer trago; está tan fresquita que la sabe a gloria. Roland llega, y aunque está la puerta abierta, toca y pregunta: —¿Se puede pasar? ¡Novatilla! Al reconocer la voz de su compañero responde: —¡Claro! Dejé abierto para eso, para que no tuvieras que llamar. Cuando entra al salón, y ve a Emma sentada de mala manera, entonces él mismo coge una silla, la acerca y cogiendo su pie lo acomoda. —Tienes que poner el pie en alto, si lo dejas así se te va a hinchar más dice viendo como le mira Emma. —Tranquilo no es tan grave, solo

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