La molestia que sentía por la presencia de Jocelyn hacía que sintiera la comida amarga, detestaba la cercanía que tenía con su esposo e hijo y la manera tan rápida en la que se habían hecho a la idea de la presencia de la Generale en la residencia Medicci. Irina había pasado toda su vida bajo la sombra de su prima, aquella que permanecía en la cabeza de su esposo y a quien no se había podido arrancar del corazón, condecir a Pablo le costó mucho y aún así procrear a su hijo fue casi que una obligación más que un placer para Angelo, quien la hizo suya d e manera ordinaria, no tuvo piedad, ni tacto, ni siquiera cuando ella le dijo que era la primera vez que estaría con un hombre, nada le importo, cumplió con su deber de sellar el matrimonio con el s*x* y después de ello practicó las costumb

