11

2562 Palabras

Los rayos del sol entran por la ventana de mi dormitorio, extendiéndose por todas partes. Me voy despertado poco a poco, por la luz, el calor y algo pesado que me oprime. Entonces abro los ojos, y giro la cabeza. Acostado a mi lado veo a Izan. De cara a mí. Estoy boca arriba y él tiene un brazo estirado sobre mi pecho. Está guapísimo, mientras duerme como un niño, tranquilo y profundo. No quiero interrumpir su sueño, pero no puedo evitarlo y llevo mi mano a su pelo. Le acaricio con las yemas de los dedos, suavemente. Me encanta su pelo, es tan suave. Izan se remueve un poco en la cama, y yo paro inmediatamente mi intrusión. Lo vuelvo a hacer cuando se queda quieto y esta vez además de moverse, gruñe, pero no se despierta. Dejo de acariciarle el pelo, porque decido no molestarle más y bajo

Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR