Está es la primera vez que alguien apuesta tanto por mí, si anteriormente he tenido a mi favor apuestas grandes. ¡Pero cien grandes! Ese es otro punto, otra motivación para no perder, no debo perder. Aunque sea billonaria, no vendría nada mal, agrandar la riqueza. Niego riéndome. Ya sueno como Bia. Aceleró perdiéndome en la oscuridad del bosque. Enciendo las luces escuchando un claxons. Dos pitidos: emboscada. Bajo la vista al tablero de la moto, muevo con rapidez mi mano. Tengo dos a mi lado. —Aurora .—La voz llena de terror de Bia me hace reír. —Ya los tengo — Es lo único que digo, acelero. —En la curva tienes la probabilidad de perderlos — —No pienso perderlos — Desacelero un poco, siento cómo mi pierna protegida se encuentra con el pavimento, el sonido del motor de las o

