Capítulo XVIII Darío Olsson — Este sentimiento que estoy sintiendo es este momento es algo único, papi, me dijo papi, como si me conociera de toda la vida, corre a mis brazos y lo tomo en ellos, me abraza y yo hago lo mismo, es imposible que las lágrimas no salgan, me siento tan feliz en este momento. – ¿Mis tíos y mis tías? ¿Los abuelos? —me pregunta y no se que responder, solo miro a Leif—. – Luego iremos con ellos —le respondo, ya que no se qué más decirle—. – ¿Por qué no habías ido a verme? ¿No me quieres? —esto no lo esperaba—. – Estaba muy ocupado, claro que te quiero, te quiero con mi vida —me abraza fuerte y yo hago lo mismo, lo alzó y miró su carita, es tan parecido a mi, es tan hermoso—. – ¿Juegas conmigo papi? – Claro que sí, ¿A qué jugamos? – Con mi trencito de juguetes

