Entré en mi habitación y me di un baño con agua caliente, eso hizo que me relajara rápidamente, pero ahora que la adrenalina había pasado, comencé a sentir un dolor leve en mi brazo, justo donde el tipo me había agarrado. Cuando salí de la tina, fui directamente hasta el espejo y me miré, tenía dos dedos marcados en mi piel, estaba morado y se veía espantoso. Tendría que usar suéteres y camisas largas hasta que se me quitara. Gracias al cielo la sudadera de Lucke había impedido que mi madre lo viera, porque hubiese enloquecido de verdad. Me peiné y arreglé lo mejor que pude, estornudaba a cada minuto y mi nariz se puso roja, me veía fatal, pero no podía hacer mucho. Tenía que estar agradecida de que había salido sin ningún daño serio, podía haber terminado violada o muerta, o tal ve

