Terminó la fiesta así que Daniel, Shell y yo nos marchamos todos juntos a casa. Fue lindo ver lo emocionada que estaba Ale con el cumpleaños de su hijo, recuerdo como si hubiese sido ayer el día en que llegó a la empresa, siendo una joven mujer, extranjera, con un niño muy pequeño en brazos, un niño que ahora ha crecido perfectamente, sano, feliz, teniendo a una gran madre, a una hermosa familia que haría cualquier cosa por él. Recuerdo que en aquel entonces ella tenía mucho miedo, no hacía mucho que había llegado a este país en busca de una mejor vida, necesitaba un trabajó y aunque me hubiese encantado ayudarla más, lo que le di era lo único que podía ofrecerle, aunque me hubiese gustado ayudarla más. También pienso en cómo un día la encontré llorando, con mucho miedo de no poder quedars

