Simón. Son las 15hs y recién estamos despertándonos. Si mi padre me viera ahora pondría el grito en el cielo. Despertarse luego de que saliera el sol era una deshonra en mi pueblo. Sofía duerme plácidamente a mi lado, con su cabello desordenado y sus manos alrededor de mi brazo. Me dan ganas de abrazarla y seguir durmiendo, pero es como si tuviera la voz de mi padre en mi cabeza gritándome por vago, así que le doy un corto beso y me levanto. Ya no vamos a preparar un almuerzo ni nada muy pesado, asi que armo unos sándwiches de pollo para comer algo y voy a despertarla. La encuentro sentada entre las sábanas, con los ojos a medio abrir y bostezando. -Buenas tardes Señorita dormilona…- digo mientras camino y me siento a su lado. -hola…- dice con el sueño en la voz refregándose

