Jackson
Entré corriendo al almacén, abriendo las puertas de par en par. Afortunadamente me encontré con la persona que estaba buscando, Jennifer.
—Jennifer, ¿en qué habitación está? ¿Está bien?
—La metí en la primera. Probablemente está bien, aún viva si quieres hablar con ella.
Encogió los hombros, jugando con sus uñas.
—¿Qué dijo el médico? —pregunté, apenas conteniéndome de correr hacia la clínica de la manada.
Sólo necesitaba saber que ella estaba bien.
—¿El médico no dijo nada? —Me miró y se mordió el labio. Una expresión inocente cruzó su rostro —. ¿Querías que la llevara al médico?
—¿Llevarla? ¿Qué quieres decir con eso? ¿Dónde está ella? —Mi aura se expandió y Jennifer se estremeció, pero no pudo negarse al mandato de mi voz.
—No está en el hospital. Puse a la sucia renega
