La Llegada de Gloria el lunes no pasó desapercibida. Llegó a la hora que solía llegar antes de su mudanza y hasta el guardia que se apostaba cerca de la puerta había corrido para abrirla. Lucía un traje entero, de color n***o, un blazer gris oscuro y su cabello suelto. Se veía joven, elegante, pero con más experiencia. Saludó a Alma y ésta la felicitó, porque se veía preciosa. Sonrojada, se fue a esperar al ascensor. Sintió más que vio la presencia de alguien a su lado. Se giró y vio a Javier. Tratando de olvidar la vergüenza interna que tenía por el sueño del otro día, lo saludó como acostumbraba. -Buenos días, jefe. Que tenga una semana llena de logros – retomó la postura, ya que él estaba pegado al teléfono -. -Buenos días, Gloria. Igual para usted – las puertas se abren… -. Pase u

