El silencio reinaba dentro del deportivo italiano que conducía Philip. Prácticamente después del intercambio con Chiara se habían retirado del evento con Emily.
Desde el momento en que se habían subido al auto ella no le había dirigido la palabra.
Philip entendía el enojo de su novia y aparte la conocía desde que era pequeña, sabía que para ella todo lo de Chiara era un gran desaire.
Pero él no había podido hacer nada respecto, al fin de cuentas de hecho ni siquiera había tenido un encuentro s****l con Chiara que ameritara el enojo de Emily.
Fue él quién rompió el silencio.
—Quiero que sepas que yo no tuve nada con ella.—
Observó su belleza de perfil y a pesar de ser hermosa emanaba una frialdad indescriptible, aparte de que estaba dura como una estatua.
Pasó un rato y ella no dijo nada.
—¿No vas a decirme nada?— inquirió Philip.
En ese momento ella se dio vuelta y lo miró con una furia fría contenida, el podía percibir su enojo. Pero no era un enojo del tipo apasionado. Como por ejemplo el que podía llegar a tener una mujer como Chiara.
—¿Qué quieres que te diga?— le dijo de manera seca.
Él hizo el deportivo a un costado y frenó el vehículo.
Se dio vuelta y la observó. Emily tenía la belleza clásica inglesa: era rubia, delgada, de tez muy clara sin manchas y ojos de un color celeste grisáceo. Se conocían desde que eran niños y su familia siempre había intuido que ellos iban a terminar juntos. La realidad era que ellos siempre habían tenido una relación amistosa pero nunca había sido amorosa ni del tipo s****l.
Sin embargo el deseo de sus padres se cristalizó cuándo en su lecho de muerte su madre, la de Philip, le pidió que formalizara un compromiso con ella, le dijo que ese era su último deseo.
Él había prometido a su madre que iba a cumplir con esa promesa y hasta ese momento la venía cumpliendo. Nunca le había fallado a Emily ni siquiera las veces en las que ella lo había rechazado en su cama, lo cual ocurría seguido.
Una parte de él hubiese deseado que le diera una cachetada o hiciera algo que mostrara un poco de pasión y sangre en sus venas pero esa no era la Emily que él conocía. Ella nunca se iba a comportar de esa manera.
—No sé Emily— le dijo bruscamente —Creo que cualquier mujer normal en tu lugar , mínimamente haría una escena o por lo menos preguntaría de qué se trató todo eso.—
Lo que le dijo pareció molestarla aún más.
—¿Acaso me estás diciendo que yo no soy normal ?— le dijo frunciendo el ceño, su tono gélido.
—No no no— bueno sí, pensó por dentro aunque desde ya, no se lo dijo— Claro que no es eso lo que quise decir.— Philip le dijo eso pues no quería empeorar la situación, pero aún sentía que tenía que hablar del tema. Le parecía extraño estar como si no hubiese pasado nada cuando ellos estaban a punto de casarse. Y una mujer había aparecido, de la nada, deslizando que tuvo algo con ella.
Emily por dentro pensaba que podía decirle mil cosas pero ella no era como esa tal Chiara, que por cierto le había desagradado bastante a pesar de su belleza, ella había sido criada como una lady y así se iba a comportar siempre.
Por supuesto que entendía que los hombres, y ese hombre en particular que era su prometido,. tuvieran necesidades físicas. Necesidades que ella era muy consciente de no estar satisfaciendo del todo...y no tenía ningún problema en que él buscara eso en otro lado.
El problema era que la hiciera pasar vergüenza delante de terceros, que le restregara a esa mujer en la cara. Eso era lo que a Emily más le había molestado.
—Mira Philip, yo entiendo que los hombres tengan 'necesidades', y también entiendo que tú cómo hombre tengas la necesidad de satisfacerlas... lo que no entiendo es que tengas necesidad de restregarme en la cara a tu amante, eso yo no lo voy a tolerar. Tú eres libre de hacer tus cosas en tu intimidad en la medida de que respetes nuestro compromiso y me respetes a mí como mujer y como persona.— declaró la joven con seriedad.
Philip se quedó completamente mudo, si algo no esperaba era esa reacción de Emily. Literalmente le estaba dando carta blanca para acostarse con otras mujeres. Así sin más. Decir que estaba estupefacto era quedarse corto.
—¿Pero no entiendo, acaso no te molesta?.— insistió.
—Yo entiendo que los matrimonios del tipo que nosotros tendremos, tienen estas cosas pero las trapos sucios se lavan en casa Philip.— prosiguió ella — comprendo que aún no estemos casados, pero eso no implica que no tengamos un compromiso y debas respetarlo.—
—Entiendo— dijo él. Pero la verdad era que no entendía un carajo, por dentro pensaba un millón de cosas y una larga de lista de interrogantes se desplegaba en ese momento en su mente. El no había nunca pensado en tener esa clase de relación con Emily.
Ella, por otro lado, aunque no lo demostrara lo estaba padeciendo. Pero no de la manera en que su novio creía. Básicamente odiaba su vida.Odiaba ser quién era ella, odiaba tener que cumplir con ese compromiso y no poder hacer lo que realmente quería y sobre todo extrañaba profundamente sus años y 'amigas' del internado de mujeres al que había asistido durante toda su adolescencia. Ahi había descubierto el verdadero amor, el amor entre mujeres. Y eso era lo que ella quería para su vida...pero tristemente no era libre para vivir su vida como quería, ella debía cumplir con el mandato que le había designado su familia. A su pesar. Aunque fuera como una piedra que pesaba en su pecho. Y dolía.
En ese momento Philip acarició su mejilla que estaba tan fría como el resto ella.
—Tienes ganas de que esta noche...— el no termino la frase cuando ella tomó su mano, la que estaba tocando su rostro.
—La verdad es que me duele la cabeza prefiero, que lo dejemos para otro día.— mintió ella. Detestaba cada encuentro íntimo con él aunque Philip era muy gentil con ella. Usualmente se quedaba dura en la cama, solo esperando que él terminara. Él trataba de excitarla pero era en vano, no sabía que tan consciente era él de eso.
Philip asintió con la cabeza y volvió a tomar el manubrio del vehículo para poner el motor en marcha. Antes de arrancarlo Emily dijo algo más, como para poner paños fríos a la situación.
Ella tocó el brazo de Phillip que estaba sobre el volante del vehículo.
—Está todo bien cariño.. solo te pido que esto no se repita nunca más.—