Su habitación del espectacular hotel estaba a unos pocos metros de la playa, se podía escuchar las olas. Jennifer, estaba sentada en un diván tejido, observando las olas, cuando escuchó la voz de Heny llamandola. Al pasar por el salón, echó un vistazo en la primera habitación, que era la suya, y su corazón dio un vuelco al ver la puerta que conducía a la de él. Apareció por el otro lado y Jennifer, sonrió instintivamente al verlo.
—¿Que podemos planear para hoy?. Sus manos deseaban tocar sus brazos de nuevo. No podía quitarse la sensación de su delicada piel bajo sus manos, la forma en la que relucía, como si estuviera hecha para tocarla.
—Estaba planeando que podíamos quedarnos en la habitación y hacer algo juntos.
—¿Hacer qué?. Su expresión flaqueó cuando él volvió a colocar la mano
