CAPÍTULO 26

2130 Palabras

—Quería decirte esto desde en la mañana que te vi —dijo Fabiola cuando me vio entrar a la sala de maestros luego de medio día de clases, en el recreo—, pero te ves mucho muy relajado. ¿Qué pasó contigo? —Me divorcié —informé y, luego de escupir el agua que recién había tomado, me miró con los ojos muy abiertos—, de los problemas. Luego de mi corrección un cuaderno se estampó en mi cara, pues, debo de decir, que mis reflejos no son ni cerca a buenos. Siempre fui hombre de libros, no de actividades físicas, así que mi destreza física era un sueño inalcanzable. Fabiola, además de golpearme, me insultó con tres palabras diferentes que me provocaron reír abiertamente, aprovechando todo el ruido que doscientas adolescentes hacían al encontrarse en el mismo lugar. » Llegué a un acuerdo con

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