7 Sara

1204 Palabras
(((Sara))) Despierto por los sonidos de las gotas chocar contra la ventana, me doy cuenta que he dormido toda la mañana, me levanto con una extraña sensación en mi... -Buenas tardes-saluda de una manera ronca. -Señor... Buenas... Mmm-gimo con fuerza, los movimientos que hace con sus dedos me provoca por mucho. -Duermes mucho te lo han dicho-aprieto mis labios cuando me penetra con ellos. -Señor...-se sube sobre mí sin sacar sus dedos de mi interior. -No te vengas-mierda. Lo hace por unos cuantos minutos hasta que mi cuerpo empieza a tener esa rica y deliciosa sensación del orgasmo. -Mmm...-retira sus dedos de mi interior con algunos de mis jugos. -Vístete... Mejor ve al cuarto de juegos-mi estómago gruñe pero al parece que no le importa. Me levanto de la cama con un deseo enorme en la parte baja de mi cuerpo, camino por los pasillos en dirección al cuarto de juegos. Me quito la ropa tal y como me dijo Axel que lo hiciera, me pongo en medio de la habitación y espero ansiosa a que él venga. Escucho como la puerta se abre, y él entra. -Bien, mi linda niña-dice entrando-. Estoy muy consciente de que no has comido, y de que te acabas de despertar-se aproxima a mí y empieza a besarme. Sus manos se deslizan por mi cuerpo con algo de deseo por la lentitud al arrastrarlas. De alguna forma me levanta del suelo y me sube, mis piernas encuentran la forma de enredarse en su cadera, mientras camina conmigo sobre sus brazos. Me deja caer sin ningún cuidado en la cama aumentando más mi deseo, me ordena darme la vuelta y mi sentido común se niega a aceptar esa orden pero la sumisa se gira complaciendo a su Amo. Empieza a amarrarme las manos hacia arriba, después a deslizar su mano entre mis piernas. -Me debes un castigo mi niña-me dijo que no lo... No, me tiene que cumplir su promesa. -Señor, dijo que no habría castigo-sollozo pero se pone sobre mí y de alguna manera tapa mi boca. -¿Quién te dijo que te voy a castigar por eso?-su tono es duro y cruel-. ¿Quieres saber la razón de tu castigo? -Sí señor. -Porque yo quiero que lo tengas-azota una de mis nalgas con su mano y el dolor mezclado con el placer me hacen gemir. No esperaba menos de mi Amo, aunque desearía que la situación fuera diferente. Muy diferente. -Buena niña-ata mis piernas a los extremos como lo hizo ayer, pero en esta ocasión estoy boca abajo. Sus manos se deslizan por mis piernas después pasan por mis glúteos excitándome al por mayor. -Sé que te gusta mi dulce niña-vuelvo a gemir-. Pero creo que es... Se levanta maldiciendo y contesta el celular que vibro en algún lugar de la casa. -Bien... Mañana... Que mañana, ¿Que parte no escuchaste?-escucho cuando estrella el teléfono contra la pared-. Te salvaron de lo que tenía planeado para ti. Me desamarra y pide que me vista de una manera seca y vacía. Lo hago y salgo del cuatro de juegos. Trago saliva al escuchar la conversación de la planta baja. Bajo un par de escalones hasta que la conversación se vuelve más audible al igual que las voces. -¡Me vale papá!-grita Axel detrás de una puerta de madera blanca. -Te dije que ninguna más-estalla su padre. -Sí uso a las mujeres es mi problema. -¡Soy una mujer Axel!-estalla una voz femenina con autoridad. -Mamá es suficiente-dice en tono muy audible-. Nunca me voy a casar y las chicas con las que salgo se van a quedar abajo. En parte me hace sentir mal, pero en otra parte eso ya lo sabía. Me doy la vuelta cuando me jalan del brazo. -Vaya que tiene buen gusto-dice una voz fría. Me gira y sus ojos son los primeros en llamar mi atención. Son un verde esmeralda muy llamativo, su cabello es rubio. -Suéltala James-su voz es fría y vacía. -No sabía que tenías otra- ¿Otra? -¡Ya estoy harta de tus mujeres!-le grita la señora que creo que es su madre. -Mamá, por favor. Y tú, suelta a mi mujer-me suelta y bajo la cabeza porque sé que no debe de irme-. Sara, vete a casa... Manuel te llevará ya tiene instrucciones. Asiento y subo por mis cosas. Bajo para ver a Manuel esperándome, me saluda y sube mis cosas. Me lleva a mi casa y subo las escaleras rápido, al entrar me voy a mi recámara, no entiendo el porqué me mandó de regreso si se supone que estaría conmigo todo el fin de semana. (((Axel))) Miró a mi madre por segunda vez desde que llegó, ya me harto. -¡Mamá es suficiente!-por ella le dije a Sara que se fuera. Arruino mi fin de semana-. No me voy a casar. -Pues lo vas a hacer-gruñe ella molesta. Hasta cree. Duramos una hora discutiendo, hasta que me hartan y los corro de mi casa. Tomo un trago de alcohol, cuando regresa Manuel. -Listo señor-asiento y hago una seña para que se retire. Le doy otro trago al licor notando que Manuel sigue parado adentro de mi oficina. -¿Qué se te perdió Manuel?-suspira y saca su teléfono y busca algo. -Esto estaba en la puerta de la señorita-me muestra la pantalla y es... Le marco pero el teléfono de ella me manda directo a buzón de voz. Mierda. Lo intento otras veces más y nada. Doy una llamada más hasta que contesta. -¿Dónde carajos...? -Tranquilo campeón-esa voz hace años que no la escuchaba. -Déjala ir-casi le ruego. -No mi querido amigo-escucho sus pasos por el departamento de Sara-. Tu mujer probará un poco de lo que soy capaz de hacer cuando me desafías. -No te desafíe-a él sí le temo por muchas razones. -Lo hiciste mi querido Axel-trago saliva-. Pero... Te voy a quitar a tu bonita chica... Y no harás nada. Cuelga. Llamo a mis hermanos y ellos deciden venir aquí. Me termino el vino de un trago y espero a su llegada. Paulina se sienta frente a mí, se ve nerviosa, pero es lógico. Mi familia le teme a él. Gabriel y Andrews se sientan a mi lado y empiezo a contar mi conversación. Temo lo que le pueda hacer a Sara. -¿Qué no se supone que se mudó a Italia?-pregunta mi hermana temerosa. -Pues al parecer regreso. -No podemos hacer nada con él-se levanta y toma un trago del alcohol-. Si ya tomo la decisión de quitártela nada lo hará cambiar de opinión. Punto a su favor. El teléfono suena y es Sara. -Tu muñeca me va a conocer-trago saliva, lo pongo en altavoz para que mis hermanos y primo lo escuchen-. Te la voy a quitar por su voluntad... Ella decidirá venir conmigo por su cuenta. -No te metas-gruño y una risa fría sale de su boca. -Suerte... Te dije que no habría más mujeres en tu vida. Ella no pagara con tus errores, ella vendrá a mí... De una vez ve preparando tu traje de gala... Estás invitado a nuestra boda. Cuelga. Paulina muestra un rostro triste, Andrews está igual. Que lástima.
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR