Hoy le contábamos a nuestras familias sobre el nuevo integrante y estaba entre nerviosa y muy, pero muy feliz, tan así que la sonrisa resplandeciente no se iba de mi rostro. - Eve, amor, ¿Ya estas lista? - escuche la voz de Klaus preguntar del otro lado de la puerta, yo estaba en el baño terminando de prepararme. Habíamos decidido preparar una cena en una hacienda que tenía el padre de Klaus a las afueras de la cuidad, y así, poder contar la gran noticia en la tranquilidad del lugar, que, por cierto, era muy lindo y el hecho de que fuese apartado de la cuidad lo hacía perfecto. Sumándole a eso, todos preguntaban qué a que se debía dicho evento y yo no paraba de estar nerviosa cada vez que me interrogaban, tan así que en varias ocasiones estuve al soltar la sopa, gracias a Dios, siempre

