Estaba segura de que Dios estaba ahí arriba, pero no había querido llevarme en este momento tan vergonzoso, supongo que de eso trata la vida... de afrontar las cosas para ser más fuertes. Con un gran suspiro, alce mis hombros indiferente y agradecí que el ascensor había llegado al último piso, con rapidez me dirigí a mi oficina con la clara intención de no verlo a la cara, no ver su rostro lleno de su ego incontrolable y su sonrisa sexista, Quede totalmente impactada cuando aprecie el interior de mi oficina, todo estaba completamente igual a como la había dejado aquel día, con la única diferencia de que había un letrero que decía bienvenida y estaba llena de flores, hermosas flores de muchos tipos y colores, no podría describir lo que estaba sintiendo en este momento, era uno de los acto

