Dos días estuvieron en el Resort de la ciudad, Lucero aprendió a nadar, bueno por lo menos a flotar, con un poco de dedicación ella podría lograr ser una buena nadadora, al menos eso es lo que dice su amado esposa. Ella siente una gran felicidad porque en ese lugar solo son ellos dos si pensar en nadie ni en nada, ambos se relajaron durante su estadía en ese lugar. El momento de volver a la realidad llegó, ambos están teniendo su última comida para regresar a la casona, —¿Te gusto el lugar? —Si, la verdad que nunca me había imaginado que existiera un lugar así de bonito. —En otros lugares hay mejores que este, poco a poco te iré llevando a esos lugares. —¡En serio, eso me encantaría! —Lucero se emociona con nada, para una joven que toda su vida solo fue trabajar, ahora se siente en

