*HABLA, ALEJANDRO* Este maldito no quiere hablar, mi paciencia se acorta, me ha hecho perder mucho dinero, pongo a los chicos que lo golpeen, aun así, se niega hablar, mi paciencia llego a su límite. —Habla, ¿Por qué me has traicionado? Es que acaso no te di suficiente dinero, ¿Por qué demonios me vendiste? —¡¡Lo siento!! —Es que solo eso sabes decir, pareces un tocadiscos descompuesto, solo dame nombres. —No puedo hablar, sabes que te aprecio. Alejandro, amigo. —¡¡Cállate!! Si me aprecias como dices no estuviéramos teniendo esta plática. —Hermano, solo cuídate. Quieren tu cabeza, tenía que darles tu cabeza, no tengo ninguna excusa, te traicione. —Me harto saque mi arma y le di dos tiros, me enoja su traición, él no era un trabajador cualquiera, yo lo considere mi mejor amigo.

