—Bien, Eder, creo que ya hemos adelantado bastante, tus proyectos se ven muy bien y no dudo de que tendrás la nota más alta. Te felicito, eres un buen muchacho, hijo. —Gracias, profesor Baltazar, nos vemos— salí con una sonrisa de el auditorio vacío donde estaba mi profesor, la tesis iba excelente y no tenía que preocuparme, sólo 3 meses y podría liberarme del estrés acompañado por una vida universitaria multiplicada por las dos carreras que manejo. El camino a mi pieza en la universidad era un poco lejano pero me hacía bien caminar, el clima era húmedo y parecía que una nube se hubiese apoderado de la ciudad entera. La calle tenía su cantidad de gente típica, estudiantes, profesores y uno que otro vecino del área, el complejo estudiantil era inmenso y me sentía agradecido por la oportu

