Narra Rina Deambulo por la casa antes de regresar a mi habitación y cerrar la puerta de un portazo, como solía hacer cuando era niña y hacía un berrinche. ¿Qué demonios acaba de pasar ahí abajo? No puede hablar en serio. Mis padres nunca me abandonarían. Soy su única hija, la heredera de su negocio, la luz de sus vidas. Así que me lo dijeron de todos modos. Pero ¿por qué demonios me mentiría sobre todo esto? Seguramente sabe que al mentirme lograré que lo desprecie. No tiene sentido que lo haga. Después de todo, ¿qué podría ganar con que yo lo odiara? ¿Podría ser que estuviera diciendo la verdad? Sólo hay una manera de saberlo y para hacerlo necesito acceso a un teléfono. Con la espalda apoyada en la puerta, miro alrededor de la habitación y, justo enfrente, están las ventanas con sus

