Al despertar, lo primero que noté fue un techo peculiar que no era el de mi casa ni la del hogar de Sasha. Era de madera pulido, color caoba, estaba acostumbrada a ver el techo raso de mi vivienda. Trate de levantarme, estaba cansada y adolorida, de tal forma que no podía ni pensar. Hice un par de movimientos para recobrar la postura y fue cuando percibir un fuerte dolor en mi zona íntima. ¡Lo supuse!. Me dolió en mi corazón más no quise creerlo.
¡j***r, dolia demasiado!
Ardía más que el mismísimo infierno.
Siento como si me hubieran dando una paliza.
Efectivamente, elevé mi torso en la cama. Aprecié como un líquido rojo se propagaba por las sabanas con determinación. No me había dado cuenta en que momento las lágrimas comenzaron a salir.
No me había dado cuenta en que momento todo mi mundo se tornó gris, y oscuro.
No me había dado cuenta que el infierno apenas comenzaba.
Me levanto sobresaltada, angustiada al verme desnuda, con algunos moretones en mi senos, muslos y abdomen, era como si un animal me hubiese atacado. Distingo al mirarme en espejo en la pared ciertos hematomas en el cuello debido a la succión de la piel con la boca; estos moretones rojizos estaban por todo mis muslos. Un leve dolor se propició en mi brazo derecho, me fijo que hay una pequeña cortadura recta que dolía demasiado, parecía una cocedura.
¡Siento asco de mi misma!
¡Me siento avergonzada!
¡No recuerdo nada!
Rompo en llanto.
Lloro al ver aquella cama desordenada.
Lloro al imaginarme el autor intelectual de esta b*********d.
Lloro mi virginidad
No, así no se hace el amor. Así no es el sexo ¿o sí? ¿tan salvaje? ¿tan cruel?. ¡Es un sueño! no pudo haber pasado. No recuerdo nada, eso me frustra más.
Me levanto con cuidado, me duele mi entre pierna. Jalo la sábana para cubrirme, me siento avergonzada. Veo una pequeña mancha de sangre en la sabana blanca. Colapso en lágrimas. No, así no debía haber perdido mi virginidad, me la imaginé de tantas maneras más no así.
Llevo mis manos a los ojos, quiero salir de esa asquerosa habitación. Tengo náuseas, ganas de vomitar, sin embargo, me contengo. Busco a toda prisa mi ropa, comienzo a vestirme. Me coloco la camisa rasgada. Observo una carpeta amarilla en la mesa que se encontraba al lado de la cama, acontinuación, lo que miré me heló por completo.
En la carpeta amarilla se encontraban muchas fotos mías, en la universidad con Sasha, con Alexa, con mis padres, instalaciones de la empresa, cuentas bancarias. Escritos con horarios de entrada de salida. Habitos de mi madre, de mi padre, de Sasha, dibujos míos, diagnóstico de la enfermedad de mi padre, fotografía del detective encargado del caso de Dante, De Dante en coma y una en la fuente —me paralizo, tengo miedo.
Siempre fue él
Siempre fue Jhonny Stank.
Busco mi teléfono, debo ir a la policía, tengo tanto miedo que todo me está temblando.No lo encuentro, no sé en donde está. Escucho pasos aproximarse, me horrorizo aún más, siento que el corazón se me va a salir en cualquier momento.
—¡Buscas esto!—me enseñó el teléfono que Sasha me había dado—. Pasamos una linda noche juntos—extiende una sonrisa extraña parecida a la de un payaso. Sus ojos son vagos, fríos, perdidos. En su mano llevaba un cigarrillo que lanzaba al suelo y lo pisaba con entusiasmo. Solo llevaba el pantalón puesto, dejando al descubierto su abdomen tonificado con cicatrices en su pecho, y unos brazos musculosos.
Estaba espantada, toda mi vida dependía de ese momento, me encontraba a su alcance, a su merced, si fue capaz de violarme, igualmente, era capaz de matarme.
—¡Siempre fuiste tú!—hablé en un hilo de voz mientras se acercaba. Me arrinconó contra la pared y busco mis labios para besarlos, hice movimientos abruptos, sin embargo, me forzó a besarlo, senti su lengua sucumbir como serpiente mi boca. Le mordi con fuerza su asquerosa lengua.
—¡Maldita zorra!—exclamó de dolor. Me abofeteó tan fuerte que me hizo sangrar la nariz, luego, me volvió a tomar del cuello como si fuera una muñeca de trapo hasta que me volvió a presionar contra la pared.
—¡Eres un violador!—le grité, le escupo la cara. El sigue apretando el agarre, esta furioso, puedo percibirlo.
—¡Tú lo provocaste! ¡fuiste tú con tu coquetería, tu manera de vestir, no niegues que me seduciste!
—No, no—chillé empapada en llanto.
—Tu marido no fue lo suficientemente hombre para hacerte suya, ahora, eres de mi propiedad amor, solo mía.
—¡Eres un maldito psicópata!—grité.
—¿¡Psicópata!?—se rió—. No sabes la profundidad de esa etiqueta cariño—esa sonrisa con rapidez se desvaneció—. No vuelvas a llamarme así al menos que quieras morir.
—Pagarás lo que has hecho—amenace, él se burló.
—¿Como? ¿Iras a la policía? no me hagas reír. Hazlo, anda y verás como morirán todos a tu alrededor. Tus padres, tus amigos, tu maldita empresa,y hasta tu maldita mascota si es que tienes. Sé todo de ti amor, sé la dirección de tu casa, correo. Tus padres, donde trabajan, que hacen en su tiempo libre. La economía tan de mierda que tienen. Su empresa, hasta sus secretos más íntimos. ¡LO SÉ TODO CARIÑO, ABSOLUTAMENTE TODO!
—¿Por que haces esto?
—Porque quiero que te quedes conmigo. Y después de esta velada magica, llena de pasión, siento que estoy más ligado a ti. Te amo cariño, siempre te he amado.
—¡Nunca te amaré!
—Claro que lo harás. Sea a las buenas o a las malas. No quiero hacerle daño a ninguna de tu gente. Imagínate... Sasha conduciendo, un accidente, o tu padre en el hospital una asfixia. O tu marido deje de respirar.
¡Estoy paralizada!
Jhonny Stank me ha perseguido por mucho tiempo y ni siquiera me había dado cuenta. Él siempre estuvo en todos los lugares que frecuentaba, incluyendo, mi matrimonio. Siempre lo supo, siempre me controló, nada fue casualidad. Me espiaba desde las sombras, desde allí me acechaba como un animal cuando marca a su presa.
Su aparición aquel día en la casa Salvatore, en el hospital, en el supermercado, en la universidad, no fue casualidad, lo planeó todo.
Jhonny dejó de aprisionar mi cuello. Tosi demasiado para poder recomponerme.
—Fuiste tú el que me envió esos anónimos. Siempre fuiste tú. Nada contigo fue casualidad, tú lo planteaste. ¡Tú, atacaste a Dante!—lloré, volviendo a toser.
Él sonrió.
—¡Puede ser! Así como pudiera ser que yo le envíe correos y cartas amenazantes, además, de una rata maloliente.
Recordé :《¿Quien traería esa rata maloliente?》《Alguien nos observa》《Maya, me han estado enviando cartas, correos amenazantes》《Dante no》《Creo que Dante está muerto》
—¡Siempre fuiste tú!—lloré.
—Si, siempre fui yo amor. Suenas como una loca y disco rayado—admitió —.Nunca se dieron cuenta de nada. Tu marido se sorprendió al verme. Me preguntó que quería, puedes creerlo, cuando fue él quien se metió con lo mío. Porque ahora, eres mia. Te salvé de ese camión y me lo debes cariño.
Lloré.
—Todo fue tu culpa. Si tan solo me hubieses mirado, te fijaras en mi como yo en ti, toda esta situación fuera diferente. Pero no, aceptaste casarte con un farsante, porque eso es lo que es tu marido un farsante que te compró porque están en quiebra—se burló, como si todo mi dolor le causara gracia.
Corrí hacia la puerta, no quería estar ni un segundo más, y antes de que girara el pomo, escuché su voz: Recuerda, la vida de los quien amas estará en tus manos.
Corrí de allí invadida por el miedo, aún con la vista nublada y confundida. No podía mantenerme en pies, pero de alguna manera debía salir de allí así sea a arrastra. Observé una figura que limpiaba con devoción, era alguien, era Mickey.
—¡Mickey!—susurré
Me miró alarmado.
—¡Maya!
—Mickey, ayúdame...
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Pequeña notita: Dejen sus comentarios. Ahora sí les haré explotar la cabeza ??? Los leo mientras como oreo. Un beso posesivo para todos los que leen esta historia.