Abigaíl ha perdido mucha sangre, siente que su cuerpo le tiembla cuando quiere hacer algún tipo de esfuerzo, Sergey aún no ha regresado a su lado, lo comienza a extraña, es aburrido estar solamente acostada, ella no es de esas. Aun así, no ha perdido la lucidez, el médico le puso un medicamento en el suero que le baja sueño. Sergey llega a la habitación siempre pendiente de ella, se sienta cerca de la cama en un sillón, trata de que no se exalte, porque no le hace nada bien para la recuperación de las fuerzas. —¡Sergey quiero irme a la casa de mi hermano, mi padre se puede enterar! David puede decirle. —No te preocupes tu padre no lo sabrá, ahora descansa estaré aquí contigo por si necesitas algo. —Gracias, solo estoy un poco mareada. —Me encargaré de ellos, en especial de Shura, eso t

