¡Extraño!, Llamo su atención

1355 Palabras
No tenía más opción que firmar los m@lditos papeles y convertirse en el nuevo dueño de aquella compañía. Le gustase o no era el patrimonio de su familia, aunque no los conociera. Tampoco era un desgraciado egoísta que dejaría todo por lo que su abuelo lucho. Odiaba ser tan débil en un mundo lleno de hienas y leones. Alan suelta un largo suspiro para luego darse la vuelta y enfrentar su destino. Camina de regreso a la mesa donde lo esperaban toda la directiva de la aerolínea y muchos abogados, se sienta en la silla que asumió que perteneció a su abuelo para tomar el bolígrafo. Observo el documento que había leído cientos de veces y al final dejo plasmado su firma en él. —Felicidades, ahora eres el nuevo dueño de la compañía de tu abuelo —El abogado le tiende la mano conjuntamente con una sonrisa en los labios. No estaba seguro si aquello era la peor decisión de su vida o la mejor… […] Varios días después… Un par de amigas impacientes esperaban la llegaba de Brian quien parecía no aparecer nunca en el aeropuerto. Faltaba una hora para abordar y el joven nada que llegaba, Dakota no paraba de mirar su reloj sintiéndose cada vez más nerviosa. Estaba dejando todo por ese viaje con Brian, y el chico nada que daba señales de vida. —Deberías llamarlo de nuevo—Sugiere Jena al verla tan preocupada. —Le he marcado más de 50 veces —Contesta irritada —. Dijo que estaría aquí, me lo dijo ayer ¿Dónde demonios se pudo haber metido? —Vocifera observando la entrada del aeropuerto. —Vamos Dakota, cálmate… seguro lo ha cogido un embotellamiento y eso es todo —La rubia miente presintiendo lo peor. —No, no, no… algo no está bien —La morena golpeaba el suelo con su zapatilla muerta de la angustia, pero también dentro de ella existía mucho enojo. Jena comienza a sentirse mal por su amiga, sabía que algo como eso podría suceder. Brian no era confiable, se llegó a preguntar dónde rayos estaba metido el muy infeliz. La rubia se acerca a Dakota intentando apaciguar los demonios que estaban surgiendo dentro de ella, la diferencia que existía entre las dos era que Jena era introvertida y Dakota más extrovertida, por esa razón hacían buenas migas porque una intentaba llevar por el buen camino a la otra y la otra intentaba darle diversión a su vida. La rubia abrazaba a su amiga que estaba a punto de ponerse a llorar en medio del aeropuerto por culpa del m@ldito de su novio, esa era una de las razones por la que Jena se mantenía al margen de las relaciones. No estaba interesada en que le rompieran el corazón una y otra vez como lo hacían con el de su amiga, era tan doloroso verla llorar por un hombre que no valía la pena. Definitivamente, no deseaba tener un novio para que jugara con sus sentimientos e hiciera añicos su pobre corazón. —Tranquila, todo estará bien —Le dice sintiendo que estaba un poco más calmada. De pronto Jena levanta la mirada, era como si algo dentro de ella le dijera que lo hiciera, así que lo hizo y entonces fue cuando diviso un pequeño tumulto de hombres vestidos con trajes oscuros los cuales parecían escoltar a un caballero bastante atractivo, llamativo pero sobre todo regio. ¡Demonios!, exclamo para sí misma, se queja esa molesta voz que de vez en cuando le fastidiaba la vida, pero sí que tenía mucha razón en varias oportunidades. Sin poder evitarlo Jena sigue con la mirada aquel hombre que iba ataviado con un fino traje gris oscuro, su porte era tan elegante y sofisticado que le era imposible quitarle los ojos de encima, él poseía algo que llamaba mucho la atención ¿Pero qué era?, pero pensó que quizás tuviese una multitud de mujeres en cada país y ciudad esperándolo en la cama de cada mansión que tuviese. Esos ricachones nunca tomaban nada en serio todos eran unos egoístas y arrogantes que creía que porque tenían dinero podrían conseguir a la mujer que quisieran. Hombres como él eran algo así como Brian, les gustaba divertirse con las chicas para luego echarla a la b@sura. Jena muerde sus labios cuando lo ve perderse por el ascensor, parecía una persona importante como para llevar guardaespaldas. Se preguntó cuál sería su nombre, no pasaba nada con saberlo a fin de cuentas estaba segura de que jamás lo volvería a ver… es tipo de hombres tan galanes se veían una sola vez en la vida. —Noooo, m@ldito desgraciado —El grito de Dakota la saco de su estupefacción —. Ese infeliz lo volvió hacer, es un idiota. —¿Qué fue lo que ocurrió? —Jena la observa alarmada. —Mira esto… —Le muestra el teléfono y es allí cuando Jena confirma sus peores temores. El miserable de Brian se encontraba con una mujer, al parecer esa tipa se había tomado una foto con el novio de Dakota y por mera maldad le envió la fotografía a la castaña para terminar por romperle las ilusiones y el corazón. Y allí estaban de nuevo las esperanzas de Jena de ser feliz con un hombre se iban al demonio, ¡todos mentían! —¡Me engaño de nuevo! ¡Lo hizo!, es un bastardo sin corazón… me tuvo esperando en este lugar como estúpida mientras se estaba revolcando con otra toda la noche —Dakota derrumba su cuerpo sobre la silla sintiéndose miserable. —Amiga, no llores por ese idiota. No merece ni una sola lágrima tuya, ya verás que pronto pasaras esto y luego solo será un recuerdo que hasta olvidaras —La consuela sentándose a su lado. —Pero yo lo amo… —Dakota, tú no amas a Brian solo es… bueno es… ¿Qué diablos era? ¿Y ella que demonios hacia dándole consejos sobre amor? ¿Qué carajos sabía ella de amor?, hasta donde podía recordar su último novio fue cuando tenía 18 años y a decir verdad no se le podía llamar noviazgo a eso. Es más, ¿Qué estaba haciendo al recordar ese acontecimiento tan desagradable?, deseaba olvidarlo con todas sus fuerzas… sacudió esos recuerdos de su mente y se concentró en su mejor amiga quien lo estaba pasando del asco. —Escucha, porque no regresamos a casa y… —¡Y nada!, ambas tomaremos ese vuelo e iremos a los Ángeles, tengo los billetes pues nos iremos y al demonio con Brian —Sentencia poniéndose en pie y limpiándose las lágrimas. —¿Estás demente?, primero no traje ropa y segundo no quiero mudarme a los Ángeles. —Nadie hablo de mudarse, solo iremos a pasar unos días. El idiotita ya tenía alquilado un piso allá y me ha dejado las llaves, así que aprovecharemos y pasaremos unas pequeñas y merecidas vacaciones a costillas del idiota ese. —Dakota no puedo faltar al trabajo, me van a despedir, sabes que no puedo perder mi empleo. —Llamaremos y diremos que estas enferma, no sé qué tienes varicela y estas a punto de morirte. —¡Eso no suena nada bonito! —La rubia se cruza de brazos —. No tengo ropa, no pienso hacer ningún viaje. —La mía te queda perfecta, así que no hay excusas. ¡Vamos! Tenemos un avión que abordar. —Dakota, esto es una mala idea… —No seas cobarde, estoy segura de que este viaje cambiara tu vida… nuestras vidas —Su amiga le sonríe propinándole un poco de seguridad.  La rubia muerde sus labios al ver a su mejor amiga tomar la maleta con confianza mientras le hacía señas para que la siguiera ¿Sería buena idea?, no estaba muy segura de ir, ya que aún seguía de pie en el mismo lugar. —Vamos Jena, te divertirás… Pero algo dentro de ella le decía que no era así, ¿Por qué sentía un mal presentimiento sobre aquel viaje tan repentino?
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