Era linda

1379 Palabras
Alan abandonó el aeropuerto para subirse a su coche personal que lo esperaba fuera del mismo, no era de esos empresarios que utilizaban un chófer que lo llevaba a todos lados, él prefería valerse por sí mismo y conducir su propio automóvil, pero seguido de la guarnición de escoltas. En cuanto poso las manos sobre el volante soltó el aliento contenido, en todo el vuelo se sintió incómodo y la razón era por la presencia de esa mujer. —Esto debe ser una broma —Sonríe, poniendo en marcha el coche… Al llegar a su pequeña y primera compañía su secretaria lo recibió, era una señora amable y muy buena en lo que hacía, por esa razón dejo en sus manos su propia empresa. Pero esa mañana, a juzgar por su expresión lo que estaba sucediendo no era nada bueno. Y es que, por la llamada que recibió, era más que obvio que las cosas no andaban bien. —¡Oh, señor Goldman!, qué bueno que ha logrado llegar a tiempo —La mujer se aproxima a él juntando sus manos, se le notaba que estaba de los nervios. ¡No era raro en ella! —Señora Leonor, ¿Cómo le va? —Sonríe amablemente. —No pude solucionar este inconveniente, sé que está muy ocupado con su nueva empresa, pero este problema se escapa de mis manos —La mujer estaba a punto de ponerse a llorar. —Cálmese, señora Leonor. No es para que se ponga así, usted verá que yo resolveré todo —Le contesta de forma apacible. La mujer sonríe conteniendo las lágrimas, Alan mostró una actitud tranquila. Aunque por dentro estaba que echaba chispas, era como un volcán a punto de estallar. Si no era un problema el que tenía que solucionar, era otro. —Espero que pueda, y lamento tanto haberlo hecho venir así tan de repente con tanto que hacer en San Francisco. —No se preocupe —Deja una mano sobre el hombro de la mujer. […] Dejando las maletas en la entrada del apartamento, las amigas observaban el lugar con gran detenimiento. Jena opinó que el idiotita de Brian al menos había escogido un buen sitio para vivir con Dakota, lástima que era tan imbécil. —¡Este sitio es fantástico! —Exclama Dakota corriendo por el apartamento como una niña. —Parece que Brian ha pensado en todo, es muy bonita esta zona. —Al menos hizo algo bien. Dakota lanzo su cuerpo sobre la cama expandiendo los brazos, la castaña sonreía abiertamente, lo que causo en Jena una sonrisa. Se alegraba sinceramente de que ya no estuviera pensando en ese estúpido de Brian, lo único que hacía era arruinarlo todo terminando por romperle el corazón a su mejor amiga. Al parecer todo estaba bien. —Estás muy contenta, me alegra que te olvidaras del tonto ese —Jena le dice sonriéndole mientras se sienta en la esquina de la cama. —¿Y quién no?, después de conocer a semejante hombre en ese avión, a cualquiera se le olvida que le han roto el corazón. Él sería una excelente cura para el mal de amor. La sonrisa de Jena volvió a borrarse una vez más… ¿Era en serio? ¿Seguía pensando en ese hombre? —Dakota, ni siquiera conocemos a ese sujeto —Intenta por todos los medios no darle importancia. —¡Oh vamos!, no seas así Jena. El hecho de que no lo conozca no quiere decir que no me guste. —Bueno, pero no volveremos a verlo. Deberías olvidarte de él. —¡Ni hablar! —Se incorpora quedando al lado de su amiga —. Tengo que dar con él, es un tipo importante, quizás aparezca en las revistas. ¿Revistas?, se pregunta Jena. No había pensado en eso, al parecer Dakota lo tenía todo calculado. Por una parte, se notaba el nivel de experiencia entre ambas, jamás se le hubiese ocurrido buscar en las revistas. —Creo que perderás el tiempo. Porque mejor no disfrutamos de este fin de semana. —Si lo haremos, tranquila amiga —Su amiga la abraza efusivamente —. Créeme, lo encontraré. La rubia muerde sus labios ante las palabras de Dakota, se preguntó si sería conveniente decirle lo que había visto en el aeropuerto. Si le contaba la verdad a su amiga que ese extraño la miro de una manera diferente, ¿cómo reaccionaría? —¡Vamos a nadar un poco! —La castaña la anima poniéndola en pie —. Será divertido. Jena sonríe asintiendo, pero sus pensamientos estaban puestos en otra cosa. Era irritante sentirse de esa manera con respecto a su mejor amiga… Al concluir la tarde, las chicas regresaron al apartamento cansadas, pero feliz por haber disfrutado de una estupenda tarde juntas. —¡Qué día más bueno! —Suspira Dakota dejando un sombrero floreado sobre la mesa. —Este traje de baño es muy incómodo, ¿Cómo logras usar una cosa como esta? —Jena se queja mientras intenta sacarse la parte del bikini de la abertura de sus nalgas. —Te acostumbras —La castaña sonríe —. Ya deja eso ¿quieres?, sería bueno que salieras y buscaras algo para comer, me estoy muriendo de hambre amiga. —Dakota, yo no conozco este lugar. Podría perderme. —Vamos Jena, no seas cobarde simplemente toma un taxi y listo. Tomaré un baño, te estaré esperando. La rubia pone los ojos en blanco, saca un vestido de la maleta de su amiga para ponérselo y con la misma abandono el apartamento. Tomó un taxi pidiéndole al chófer que la llevara a una pizzería… mientras que Jena esperaba por la cena, probaba un chocolate y al mismo tiempo observa por el ventanal que daba con la calle, una bastante movida de coches y peatones, de pronto se forma una pequeña cola de vehículos y uno de ellos queda a la vista de Jena. La ventana del copiloto del coche se mantenía abajo y desde la altura donde ella se encontraba podía medio ver al conductor. La joven amusga los ojos al darse cuenta de que el rostro de aquel sujeto le parecía conocido pero únicamente lograba ver de su nariz para abajo, así que la rubia se inclina un poco más abajo, ¡Joder! Estaba casi debajo de la mesa exclusivamente para detallar mejor al conductor y, es cuando se da cuenta que era la persona que ella sospechaba. —¡Por dios! —Vocifera en voz alta. Entonces la voz proveniente de la parte trasera del coche de Alan le advierte sobre algo que estaba pasando afuera. Alan gira el rostro en la dirección que le indican, pero sin muchos ánimos, de pronto queda totalmente pasmado por lo que sus ojos estaban viendo, era increíble era la misma chica del avión. Entonces Jena se percata de que el conductor voltea a verla, lo cual la toma desprevenida porque había sido pillada infraganti, la rubia da un respingo lo que provoca que derrame el chocolate por toda la mesa hasta caerle sobre el vestido. —¡Demonios! —Musita poniéndose en pie, intentando limpiar la mancha. Alan sonríe al notar el desastre que había hecho esa chica, y todo porque la había sorprendido espiándolo. Eso significaba que, ¿ella también se acordaba de él? ¡Eso sí que era interesante! Realmente, era bastante linda esa rubia, pensó Alan. Opino que no estaría mal aparcar el coche para hablar con ella… De pronto el estridente sonido del claxon que estaba detrás de él lo saco de sus cavilaciones, la luz marco verde así que tendría que avanzar. Por desgracias por ciertas razones no podía detenerse para hablar con ella, así que le toco avanzar. Para cuando Jena levanto la vista, el coche ya no estaba, la cola había avanzado y con ello ese atractivo hombre desaparecido y seguramente que esa vez para siempre. Mordió sus labios con pesar, llevo la mano a su pecho sintiendo los fuertes latidos de su corazón retumbar su pecho. Ese extraño la ponía de los nervios. —¿Y esto que es? ¿Destino o casualidad? —La rubia observa el vestido de su amiga hecho un desastre —. Demonios, esto no le va agradar a Dakota.
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