El Templo de La Luna La tenue luz de las antorchas parpadeó en la tienda cuando el portal se cerró tras ellos. El aire dentro del recinto tenía un aroma denso, a incienso y especias, impregnado de una energía antigua y solemne. Ferrás, sentado en un sillón de madera oscura con detalles tallados en espirales, alzó la mirada hacia ellos con una expresión imperturbable. - Han llegado más rápido de lo que esperaba. - comentó con su tono grave, mientras su escolta se mantenía a su lado, inmóvil como una sombra. Alessia avanzó con paso seguro, pero su mirada escudriñó el lugar con precaución antes de asentir con aprobación. - No tenía intención de esperar más de lo necesario, Valendir. Damian la siguió con las manos en los bolsillos, su semblante relajado, aunque sus ojos denotaban el peso

