CapítuloVeinticuatro
Donovan dejó el destornillador y sacó el teléfono que estaba sonando de la funda. Él sonrió cuando vio quién era. "Hola, Sandia".
“Hola, Donovan. ¿Dónde estás?"
"Estoy en una escalera poniendo los tornillos finales en una canaleta".
"Ah, la casa de Catalina".
"Si. ¿Qué estás haciendo?"
"Tratando de conciliar la chequera del abuelo", dijo.
"De Verdad."
"Si. El abuelo recibió su cheque de VA hoy, y después de que lo puso en el banco, me arrojó su chequera. "Te estás volviendo tan inteligente", dijo, "averígualo". ¿Vendrás esta tarde? "
"Con mucho gusto, si prometes no hacerme preguntas de matemáticas".
"Tal vez no lo haré", dijo, "pero quiero que me ayudes con algo más".
“Haré lo mejor que pueda. Estaré allí alrededor de las dos. Tengo que ir a casa y ver cómo
