Pase gran rato recorriendo el lugar, había comprando unas cuantas cosas, cambiando mis sandalias por unas botas más cómodas y bonitas de color beige, las guarde en la mochila que tenía con algunas pequeñas cositas que iba comprando, unos cuantos recuerdos de este lindo lugar, una hermosa flor metálica de color rosado perlado.
Es muy bonita.
Empiezo a caminar de un lugar a otro viendo grandes tiendas encontré un suéter blanco, ya que solo tengo una camisa negra me lo llevo puesto.
Encuentro varias veces a una cara conocida pero yo le ignoro y él me ignora tambien.
Seguí mi camino y salgo del centro comercial con un rico batido de fresa y vainilla.
La ciudad es muy agradable cuando no estás varada en medio de la nada en silencio en medio de la lluvia con miedo.
Respirar aire fresco y caminar tranquilamente está algo concurrido, Me encanta estar fuera sin mucho peligro.
Tome la lista que me dió Stephen y sigo caminando al ver esa señal de alto con dos flechas blancas a la misma dirección y una opuesta, como marco Stephen, tengo que seguir las dos hacia la misma dirección, mire al frente y distingo la señal de ese café al que se refería, dice que son de los mejores cafés que ha probado y que los pasteles de manzana sin los mejores del mundo según él.
Me encantaría probarlos a ver si son tan buenos.
Ya que la luz del semáforo esta en rojo aprovecho para pasar la calle y llegar al otro lado.
Miro dentro al momento de entrar en el local y es acogedor con esta apariencia tan familia de colores claros, ambiente tranquilo el olor de los dulces en el aire el relajante sonido del café siendo servido, las risas y la suave música de ambiente calmado.
miro el nombre en el bonito cartel con algunos dibujos en tiza muy hermosos, blame it on the coffee.
Pues si, la culpa es del café...
sonreír y acabe de entrar.
—Oh que lindo.
tiene mucho personal.
—Hola, bienvenida, Soy Sanna, ¿ya tienes una mesa o prefieres un apartado cerca de la ventana?
Que interesante bienvenida.
Tiene una amplia sonrisa y es bastante contagiosa esa actitud tan agradable.
—hola, estaría bien junto a la ventana.
La vista es linda, la ciudad es impresionante.
Ella asiente y me lleva hasta la mesa que está en una esquina justo junto a la ventana, usa linda vista amplia y centrada de el sol de ese lindo atardecer.
Es un día agradable para mí.
ella me entrega el menú apenas me siento.
en las notas que me dió el jefazo hay varias opciones.
pero como no me gusta lo extremadamente dulce pero el dice que es el mejor.
Un bonito atardecer, un lugar agradable, una vista perfecta y una caramelo macchiato que me hace sentir que beso a un ángel.
Es delicioso.