Cuando llegamos a La Digue, Seychelles me quedo maravillada con este hermoso lugar debido a su hermosa vegetación, sus caminos donde puedes pasear en bicicleta y la vista que te ofrece es digna de una postal, sin mencionar que lo mejor de todo es la compañía de Leonid. —¿Te gusta? —Pregunta mientras rodea mi cintura con sus brazos. —Sí amor, es realmente hermoso este lugar. —Pero no tan hermoso como tú. —Me toma de la mano y comenzamos a recorrer el lugar. Los siguientes días nos levantamos tan temprano como nuestros cuerpos nos lo permiten y visitamos cada uno de los lugares de este hermoso lugar, por las noches cuando regresamos a nuestra habitación sin importar que tan cansados estemos Leonid y yo nos hacemos el amor casi hasta el amanecer en un intento por recuperar el tiempo perdi

