- No tienes importancia aquí, no tienes importancia en el Reino, en consecuencia, no eres nadie, querida hermana. – Esas palabras causaron que las lágrimas empezaran a resbalar por los ojos grandes de la joven de largo cabello color miel. – No me interesa tu opinión en este asunto, tu mera presencia me es irrelevante, la única razón por la cual contestaba las cartas de una inútil como tu era por lastima.
- ¡Rhory Ortswan! – El grito autoritario de Olivia fue suficiente para causar que el joven se detuviera para dirigirle una mirada sádica a su familiar.
El comedor permaneció en silencio, sin embargo, el mismo que era interrumpido por los pequeños sollozos de Letizia mientras el hombre de ojos violeta, quien estaba sentado a su lado, intentaba consolarla junto al mestizo, quien se había l
