Capítulo 022

2201 Palabras
Olivia mantenía sus brazos temblorosos estirados en la dirección de su barrera, sin embargo, debido a la cantidad de esfuerzo físico su piel se volvió más pálida de lo normal y sus rodillas flaquearon causando que su cuerpo cayera al suelo mientras sus manos servían de apoyo para sostenerse. Una tos desenfrenada acompañada de sangre arremetieron contra su cuerpo causando que ambos hombres corrieran en su dirección preocupados por su condición actual. - ¡Amor! Debes dejar salir la sangre aunque sea doloroso. Te llevare al médico Imperial cuando la tos culmine. – Se apresuró Adonis a explicar, el hombre de mirada gris se arrodillo mientras daba palmaditas en su espalda. Sin embargo, esa acción que parecía insignificante era muy valiosa para la Emperatriz. - N-no, déjalo.... De-debeo cuidar de Pa-Paolo. – Las palabras de la Emperatriz eran entrecortadas debido a la cantidad de sangre que estaba expulsando de su cuerpo, parecía que el rebote* era más grande de lo que esperaba originalmente. - ¿Cómo puedes pensar eso...? Eres la madre de esta tierra, debes de cuidarte a ti misma. – El joven de mirada gris iba a continuar con su regaño hasta que sintió una mano gélida sobre su hombro derecho. Sus ojos grises observaron los bicolores del joven con orejas puntiagudas, parecía estar indicándole que era el momento inadecuado para eso. Adonis se limito a hacer un pequeño puchero. - Majestad, si me lo permite. – La voz gruesa de Alexander lleno el ambiente. – Mi especialidad como fae es la magia medicinal, también estudie la medicina humana porque seria el sucesor de mi padre como Ministro de Salud. Puedo curarla. - Hazlo. – Ordeno el líder de la guardia real mientras ayudaba a incorporase a la Emperatriz quien tenia su vestido manchado de su propia sangre (...) Palacio Imperial Tres semanas después del accidente. El sol anunciaba un nuevo día en el Imperio de Impure. El comedor principal de la familia Imperial estaba repleto de diversos alimentos que a simple vista parecían tener un sabor delicioso, la Emperatriz levanto con elegancia su taza de café mientras observaba en silencio a sus dos concubinos junto a Alexander Lefèvre comer tranquilamente en compañía de la princesa Letizia. La joven de cabello rizado dio un sorbo a la taza del café sin azúcar sintiendo como el líquido calenté y amargo bajaba por su garganta, dejo la taza sobre la mesa antes de ver su plato vacío con desinterés, realizo una seña hasta una de sus sirvientas ordenándole traer una porción adicional. - Estas comiendo más. – La voz de Adonis causo que las mujer se congelara en su lugar, Ortswan le dirigió una mirada de pocos amigos mientras el hombre de mirada gris le dedico una sonrisa tranquila. - ¿Estarás embarazada de mí? - No digas tonterías. – Lo reprendió antes de dejar marchar a la joven de cabello oscuro. - No lo tomes de esa manera. – El joven de mirada gris coloco su mano sobre la contraria, causando que la más joven del grupo estuviera interesada en la conversación. – Darle un primo a tus sobrinos es algo común. - Cállate. – Ordeno de manera tajante causando que Letizia empezara a reír, Ortswan la miro con calma antes que sobre sus labios se posara una sonrisa tranquila. Al menos su sobrina era feliz. - Me siento contento, tenías dos meses comiendo extremadamente poco. – Las palabras del Líder de la Guardia Imperial causaron que Cavendeshi junto a Lefèvre estuvieran interesados, se preguntaban internamente si esa falta de apetito era causada por una enfermedad o simplemente estrés de gobernar un Imperio. - ¿Cómo piensas que podrás gobernar estas tierras sin alimento en tu cuerpo? Necesitas cuidarte a ti misma, antes de cuidar de la nación. La mujer emitió un ruido de molestia, después de todo eran palabras similares a las dichas por el nuevo concubino. La mujer levanto su taza azul nuevamente para terminar de beber su taza de café en silencio mientras escuchaba la conversación entre la princesa con Paolo así como sus preguntas para el mestizo quien tenia las mejillas sonrojadas cuando la menor en edad le confeso el verdadero significado de estar sentando en la mesa comiendo con la Emperatriz. - Pronto seras parte de esta familia como un concubino. – Su dulce voz causo que el joven se sonrojara con mayor intensidad, la princesa así como el nuevo Guardia Imperial miraron en la dirección de la Emperatriz quien simplemente giro el rostro en otra dirección. Letizia volvió a ver al hombre de ojos bicolor antes de inclinarse sobre la mesa para susurrarle. – Esa actitud significa una respuesta afirmativa, mi tía siempre actúa así cuando alguien que le interesa, es decir, de la manera contraria a ese interés. Paolo y Alexander asintieron con la cabeza. Cuando llego la nueva porción de su desayuno, la fémina dejo su taza de café sobre la mesa antes de carraspear llamando la atención de los presentes para dar el anuncio importante. - Todos aquí conocen la situación que ocurrió hace unas semanas. – Su voz era tranquila mientras tenía sobre su cuerpo las miradas de la servidumbre, los guardias así como de las personas que compartían mesa con su persona. – El objeto divino despertó en la Biblioteca Imperial creando un caos porque al desconocer la clave para usarlo se ha ofendido ligeramente. – Sus palabras venían con un ademan de desinterés por la ultima parte. Ortswam pensaba que esa no era la verdadera razón del comportamiento inusual del artefacto. – Aunque actualmente se encuentra encerrado en una barrera de magia que ninguna persona que comparta mi nivel de magia podría romper, continua siendo un objeto proveniente del cielo que puede tornarse impredecible... Por tal motivo, esta prohibido para todos adentrarse en la Biblioteca Imperial hasta nuevo aviso. Solo pasaran las personas que autorice para vigilar "El Castigo de la Oscuridad". - ¿Qué pasara con mis clases? – Cuestiono la joven de ojos avellana dejando el tenedor en la mesa. - Las clases las veras en mi palacio con tus tutores como se venía realizando. – La respuesta causo que la joven llevara una mano a su nuca, en los labios rojos de Olivia se plantó una gran sonrisa de satisfacción. – De esa manera, podre supervisarte para que asistas a tus clases. Letizia aunque deseaba pasar más tempo junto a su tía, maldijo internamente la situación porque solía saltarse las clases que eran desagradables para su persona. En el Palacio Principal sería imposible escaparse a jugar en el Jardín Imperial, esa realidad causo que un aura lúgubre la invadiera causando la suave risa del joven Fae. La mañana que había transcurrido tranquila, se transformó en un desayuno tenso cuando la mujer de cabello dorado empezó a toser, llevo su mano enguantada a sus labios por educación pero su guante de color blanco se mancho de gotas de sangre, en consecuencia, los tres hombres se levantaron de inmediato aunque el de ojos avellanas soltó un leve quejido por sus heridas. - Tía Oliv. – La suave voz de la joven princesa llamo la atención de los presentes, la Emperatriz decidió hacer caso omiso de la sangre para ver a la joven con una sonrisa incitándola a continuar. - ¿Es un rebote? - La rubia asintió en respuesta mientras la segunda en la línea del trono* mordía suavemente su labio inferior. - ¿Por qué no descansas el día de hoy? El Imperio seguirá estando de pie aunque descanses un día en el palacio junto a tus concubinos. - La menor de la familia estaba preocupada, tenia miedo de perder a su tía así como a sus padres. - ¡Es una excelente idea, Majestad! – Se apresuró a decir el joven de ojos bi-color quien le dedico una mirada severa a la joven cabecilla del Imperio. – El día de ayer personalmente me encargue de curar su cuerpo después del rebote, las replicas vendrán espontáneamente e incluso tendrán un efecto diferente dependiendo del estado de desgaste de su cuerpo. Emperatriz, debe de descansar. - Es importante su descanso. – Adonis sujeto su mano izquierda para besar el dorso de la misma. - La princesa lo ha dicho, el Imperio se mantendrá de pie aunque descanse un día. – Los ojos avellana se encontraron con los negros como el Fae. – Bien, lo dijo Marco Aurelino en su libro de meditaciones* "La experiencia para distinguir cuándo es necesario un esfuerzo sin desmayo, y cuándo hay que relajarse." La mujer permaneció en silencio durante un tiempo antes de ceder, estaría descansando el día de hoy con sus tres concubinos. (...) Jardín Imperial. Era consiente que el Imperio se encontraría bien aunque se alejara de sus obligaciones un día, después de todo cuando asumió el poder se aseguro de contra con personas capaces que trabajaran dentro de su gabinete, sin embargo, su cuerpo desconocía como debería de descansar en primer lugar. Era incapaz de recordar la ultima vez que estuvo verdaderamente relajada. Los ojos avellana de Cavedeshi alejaron sus ojos del libro sobre filosofía que estaba entre sus manos para observar a la mujer de cabellos rubios quien caminaba entre las flores del jardín sin saber a ciencia cierta que debería de hacer en primer lugar. Este hecho causo gracia en el joven de cabello castaño, ¿Quién imaginaria que una mujer tan capaz fuera incapaz de sentarse a realizar alguna actividad de oseo? El joven cerro el libro para dejarlo en la mesa del jardín antes de levantarse con cuidado debido a que aún sentía ligeros dolores en la zona baja de su abdomen, se acerco hasta la fémina que estaba de pie mirando una rosa negra que destacaba en el medio del otras con colores más vivos. - Nunca imagine que una mujer como usted desconociera como estar relajado. – Comento colocándose a su lado, Ortswan permaneció en silencio mientras continuaba observando con tranquilidad la flor. – Su Majestad, ¿Sabe la peculiaridad de la rosa que esta delante de usted? - Es una flor común. – Su respuesta causo que Paolo ladeara la cabeza, acerco sus mano derecha a la base de la misma sintiendo el filo de las espinas. -En realidad, Paolo tiene razón sobre el significado peculiar de esta clase de rosas... – La voz gruesa de Alexander genero que ambos giraran su cuerpo por la nueva presencia, el joven de mirada bicolor mantuvo una sonrisa sobre sus labios rosados. - Es una planta, no tiene algo que significar. – Comento Adonis acercándose con una mano en su nuca, el joven gano la mirada de desaprobación de los otros dos hombres. - Habla. – Ordeno la mujer con los brazos cruzados mientras sentía el hombre con el cabello ondulado se colocaba a su lado izquierdo para posteriormente abrazar su cintura con firmeza mientras mantenía una mirada de desinterés por el tema de la conversación.– ¿Cuál es la peculiaridad de esta rosa? Aunque la joven Emperatriz no demostrara abiertamente su curiosidad por el tema, el Vizconde debido a sus habilidades mágicas era capaz de determinar que en realidad estaba interesada en el tema. El joven mestizo se acercó hasta la planta mientras era observado por los presentes, una pequeña cantidad de mana naranja rodeo su dedo índice para posteriormente acariciar con delicadeza uno de los pétalos de la rosa sintiendo su respiración así como sus emociones. - Las rosas de color n***o, son raras de encontrar. – Comento el joven continuando con las leves caricias mientras era capaz de sentir la felicidad de la planta. – Los seres humanos normalmente suelen asociarse a luto, pero las hadas del bosque le damos un significado adicional. - ¿Cuál? – Cuestionaron los tres al mismo tiempo, la Emperatriz así como su guardia real las asociaban con la muerte así como la presencia del Dios Cathán. - Las rosas negras dependiendo de quienes la encuentren van a significar el verdadero amor eterno que va más allá de lo físico así como la vida misma. – Comento alejándose de la rosa negra que parecía estar contenta por ver a las futuras parejas que anunciaba con su presencia, Lefèvre giro sobe sus talones para encontrase directamente con los ojos de la mujer. – Esta flor en particular esta anunciando la formación de nuevas parejas entre nosotros. - Alex... ¿Acaso estas consumiendo sustancias ilícitas? – Cuestiono el Vizconde preocupado mientras el joven rodó los ojos en respuesta. Cavendeshi y Andrade empezaron a discutir con Alexander sobre las palabras dichas, para ambos hombres era imposible que la naturaleza estuviera anunciando el futuro a través de una planta de tonalidad peculiar. La mujer de cabellos dorados únicamente observo la rosa con atención admirando detenidamente los pétalos que bailaban en el viento, sin razón aparente la idea de salir del Palacio real invadió su mente, sin embargo, en pocos minutos la joven Emperatriz empezó a descartar la idea. Un pequeño puchero se instaló sobre sus labios de manera involuntaria, cuando el joven de ojos bicolor giro la mirada para decirle algo a la mujer se percató de ese detalle generando que una semilla de ternura se instalara sobre su pecho.
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR