Adrián seguía de manera inconsciente los movimientos de David al picar la fruta, sus pupilas danzaban al compás de las manos del castaño, lamió sus labios sin darse cuenta, envidiando aquella fruta que se movía entre sus dedos. Recorrió de manera vaga su expresión, tenía el ceño ligeramente fruncido y parecía concentrado en su labor, sonrió leve por el empeño que ponía en picar una simple fruta. Agudizó su oído tratando de escuchar la canción que tatareaba entre dientes mientras Julián movía su cabeza al compás de la melodía, sonrió sin darse cuenta, aquella escena era enternecedora. Apartó su mirada de él, por momentos deseaba estar fuera de allí para continuar con su vida, pero también había una parte que le agradaba estar allí con ese niño que rompió por completo su vida, Julián era

