Capítulo 8

2177 Palabras
Luego de que Sebastián se fuera me concentre completamente en el trabajo, deje de pensar en aquella chiquilla que me tenía el cuerpo revolucionado. Por que si, cada vez que pienso en ella se me pone dura de solo pensarla. Así que, mejor ocupo mi tiempo en cosas más productivas, ya buscare luego alguna mujer que me quite las ganas para dejar de pensar en aquella chiquilla. Pero mi concentración se ve detenida cuando siento como mi teléfono vibrar con ímpetu y no deja que me concentre. Lo tomo entre mis manos y veo que es mi hermana, la que ya me tiene con jaqueca al solo leer su nombre en la pantalla. ¿Qué quiere ahora esta mujer? Con un suspiro cansador desbloqueo mi teléfono y veo el mensaje. "Haré una pequeña reunión con algunos amigos. No te preocupes, no será nada exagerado. Besos!!! " Suspiro nuevamente y masajeo mi frente por que de verdad, no se como se me ocurrió invitarla a pasar las vacaciones conmigo o más bien, en mi casa. "Esta bien, pero no quiero destrozos. Por favor" Le pido casi en una suplica aunque ella no lo lea de esa manera. "Si, no te preocupes. Amanda estará cuidando que nada malo suceda" Dice y algo en mi se remueve, no se porque esa mujer me pone de esta manera. "Bien, desean algo? Yo volveré en la noche, si necesitan algo me escribes y lo llevo" Respondo apenas me recompongo de lo inapropiado que son mis pensamientos. "Nada, pero si se nos ocurre algo te aviso por mensaje. ¡Estoy fabulosa" Escribe acompañada de una imagen de ella con un traje de baño que le combina con el color de ojos, ella salió igual a nuestra madre en todos los sentidos pero más malcriada. Actitud que nuestros padres han intentando modificar sin éxito alguno, yo les he dicho que es algo tarde para que lo hagan, eso debieron hacerlo cuando todavía era pequeña, así habría crecido de diferente manera, más madura quizás y menos malcriada. Ahora tampoco es que sea tarde, pero ya tiene 20 años, será algo difícil de modificar cuando ya tiene la edad necesaria para hacer lo que se le ocurra. "Hermosa pequeña Kate. Nos vemos pronto" Tengo que decirle aquella, aunque sea por mensaje, es demasiado pretenciosa y le encanta que le estén diciendo lo bien que se ve y lo hermosa que es, ambas cosas no son mentiras, pero es cansador tener que hacerlo siempre. ¿Cuál es la necesidad de esta aparentando o decir bien para que el resto te lo diga? La verdad, es que no lo entiendo y no pienso entenderlo tampoco, no tengo ni ánimos ni ganas de hacerlo. Y como se, que si no le respondo de la manera que ella quiere, tendré mensaje de ella al por millón, así que mejor le escribo lo que quiere leer. Lo que me lleva a pensar en Amanda, ella es completamente distinta, diferente en todos los sentidos. Es hermosa, pero no lo demuestra cada cinco minutos, de hecho, yo creo que ni ella misma se da cuenta de todo el potencial que tiene o que si manera tan desinteresada atrae a los hombres, a idiotas como yo. Salgo de mis pensamientos cuando mi teléfono me avisa de otro mensaje que hace que la respiración se me atore y que suelte un gruñido por lo bajo. ¡Diablos! Amanda, la mejor amiga de mi hermana en un traje de baños que se le ve, fantásticamente bien y que se amolda a esas deliciosas curvas que tuve el privilegio se tocar no hace mucho. El agarre en mi teléfono se hace mas fuerte de lo pensado, veo la imagen una y otra vez y no puedo evitar volver a maldecir. Esto es una completa tortura. Samuel, entiéndelo, ella es una mujer fuera de tus límites. Primero, es más joven que tu. Segundo, dudo que le guste lo mismo a que (pervertido) y tercero, es la mejor amiga de tu hermana y la cual nos mataría si supiera que pasó algo entre nosotros. Yo insisto, no se que ve Amanda en mi hermana que son las mejores amigas, son tan diferentes. Mis ojos no dejan la imagen y no puedo evitar recordar el momento en que la vi por primera vez después de tantos años, jamás le preste atención porque en ese entonces tenía solo 16 años, la última vez que la vi. Pero ahora, después de cuatro años, es imposible negar que algo me sucede con ella, un deseo único, un hambre voraz de querer tenerla conmigo, bajo mi cuerpo, sucumbiendo a los placeres carnales que le pudiera ofrecer. Se que es jodido, que es horriblemente malo que yo piense así de ella, pero por dios, esta hecha toda una mujer que solo provoca que la quiera comer de mil maneras. Además, que es la mujer más hermosa que he visto en la vida y vaya, que han pasado mujeres por mis manos al menos los últimos 25 años o más. Su sonrisa en la imagen hace que sus labios se vean deliciosos y con ganas de probar, esa cola de cabello solo me hace tener pensamientos de ella en cuatro mientras la embisto sin piedad y tomo su cabello tirando hacia mi. ¡Joder! Ahora tengo una erección peor que antes. La cena que tuvimos donde tuve la pasajera idea de emborracharla para tomarla ahí mismo, la conversación en la cocina donde solo quería embestida contra la isla hasta que quedara sin voz gritando mi nombre o la noche en la disco, donde pude haber hecho todo lo que quería y más, llegan a mi mente haciendo que mi deseo por ella crezca a niveles extraordinarios, incluso para mi. Pero es imposible negar el increíble cuerpo que tiene, unas tetas de infarto que a cualquier hombre harían sucumbir o un trasero de pasarela, por que diablos, perfectamente podría follarle el culo con lo bueno que lo tiene. Y si, lo único que quiero es quitarme las ganas con ella, pero no puedo, mi maldita moral o la poca que me queda, me lo prohiben, me hacen mantenerme lejos de Amanda, lo más lejos posible para así no cometer una estupidez y convertirla en una más de las mujeres que pasan por mi cama. Por que aunque la conozca de hace años y sea la mejor amiga de mi hermana, eso no quita, que solo la estaré usando para mi beneficio personal y luego la dejaré como lo hago con todas y es eso, lo que me detiene en hacer lo que quiero...solo eso. Veo como la puerta de mi oficina se abre y por ella entra una morena con curvas espectaculares, pero echa a manos, por que nada de esa mujer es real y lo he podido comprobar. - Jessica, que haces aquí? Y por qué entras sin que te anuncien? - le pregunto dejando mi teléfono de lado luego de bloquearlo. Ella se acerca a mi con sensualidad, algo que antes me habría provocado, pero que ahora...aparentemente no lo hace. - Vine a verte, hace días que no se de ti y quería saber como estabas - suelta de lo más simple acercándose a donde estos. Me cruzó de brazos y la veo atentamente, si que tiene agallas para venir a mi lugar de trabajo por esta estupidez. - Estoy ocupado, si no sabes de mi es por eso. Además, tampoco te debo explicaciones - le digo algo cabreado, ni a mis padres en su momento le di explicaciones y lo haré con ella. - Lo sé cariño y no estoy pidiendo nada, solo quería saber como estabas - dice y yo niego con la cabeza. - Ya me viste, estoy bien. Ahora ya te puedes ir - le digo y señaló la puerta para que entienda mi indirecta muy directa, pero no lo hace. Dios, dame paciencia... Contrario a lo que quiero que haga, se termina de acercar a mi, se pone de rodillas y se da cuenta de mi semi erección y si, no es por ella que la tengo así, aunque parece que ella cree que si. - Deja que me ocupe de esto bebé y luego me largo por donde vine - suelta para luego abrir mi cremallera y sacar mi pene erecto. El que a pasar de no estar en todo su esplendor, si que luce orgulloso su grosor y tamaño haciendo que Jessica se relama los labios como la goloza que es. Y sin esperar más, se lo mete por completo en la boca, succiona como la profesional que es, me estimula hasta cierto punto que de verdad me hace disfrutarlo pero al verla, todo se va al carajo, por que no es quien me gustaría que me estuviera haciendo una mamada en estos momentos. - ¡Joder! - lanzó la cabeza hacia atrás y cierro los ojos, imaginando cierta cabellera rubia que me enloquece. La tomó de la cabeza y marcó el ritmo, soy bruto y algo salvaje, escucho sus arcadas y como se aferra con sus manos y uñas en mis muslos. Pero no se queja, deje que le folle la boca como quiero. Me hundo en ella, suelto gruñidos de satisfacción, me la imagino a ella tomándolo todo, jugando con su lengua, seccionado como una puta mientras imagino como sus bragas se mojan al follarla como lo hago. Su coñø, debe de tener un deliciosos coñø que me encantaría probar y perderme en el, estoy seguro que debe de ser tan dulce como ella. Abro los ojos de golpe cuando mi teléfono comienza a sonar nuevamente, así que acelero mis embestidas en la boca de Jessica y termino derramando mi leche luego de unos segundos, haciendo que ella se ahogue por toda la cantidad que expulse, vaya, eso fue...potente. Ella cae de culo en el suelo cuando se aleja de mi de golpe, tomo el teléfono y contesto como si nada hubiera sucedido. - Samuel Stoll, con quien tengo el gusto? - digo porque no tengo idea de quién se trata. Escucho atentamente a la otra persona y asiento al final. - Bien, voy en unos minutos - digo, corto la llamada y me arreglo la ropa. Veo como Jessica se pone de pie y se va al baño que tengo en mi oficina, a veces paso más en este lugar que en mi casa por eso tengo todo tipo de comodidades. El trabajo me consume o dejo que lo haga, total, da igual, no tengo quien espere por mi al llegar a casa. - Vete - le digo apenas sale del baño. - ¿Cuándo me irás a ver? - pregunta esperanzada después de lo que sucedió pero no, para mi esto fue el punto final. - No iré más - respondo con dureza. - ¿Cómo...como dices? - pregunta sorprendida y yo ruedo los ojos, ¿Por qué siempre pasa lo mismo? - Ya no te necesito, lo que teníamos era solo sexo y al parecer, tu lo confundiste todo, así que lo que teníamos, el acuerdo? se termino, ya te puedes ir - le digo sin verla, estoy terminando de arreglarme para ir hacia algo más importante. - No, no puedes hacerme esto. Llevamos meses juntos. ¡No me puedes abandonar así como si nada! - suelta gritando como una loca histérica y no estoy para esto. - Ese es tu problema si no quieres aceptarlo, para mi fue solo deseo s****l, el cual, ya se apago y no me interesas más. Así que, hazme el favor de salir de mi oficina y no volver más por aquí - le digo entredientes pero ella niega con la cabeza y comienza a llorar. No me gustan los putos dramas. - ¡Susana! - llamó a mi secretaria que llega de inmediato -...Saca a Jessica de aquí, tiene prohibido volver a pisar el edificio y más, el ingresar a mi oficina - digo, tomo mis cosas, mi saco y mi teléfono para ir a la sala de reuniones donde me esperan. - ¡No! ¡No puedes hacerme esto Samuel! - escucho como grita desesperada, como si eso fuera a cambiar en algo mi decisión. Ya no la deseo, no la quiero, fue divertido mientras duro pero ya el último tiempo se puso demasiado tóxica, empalagosa, celosa y posesiva, como si yo fuera su novio o algo así. Se comenzó a tomar atribuciones que no debía en mi lugar de trabajo y en mi vida, así que no, no me interesa seguir con algo que ya no es satisfactorio y que más que eso, se volvió un dolor de cabeza. Salgo a paso rápido, sin detenerme a pensar en si lo que hice esta bien o mal. Aunque seamos honestos, ella sabía desde un comienzo las condiciones y si no las respeta ahora, es su tema y no el mío. Ingreso al ascensor y antes de cerrarse veo como ella viene corriendo en mi dirección como una maniática. ¡Diablos, de la que me libre!
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