Zahid, que estaba enfocado nuevamente en su manzana, alzó la mirada. Kenna seguía viéndolo fijamente y una sonrisa débil se esbozaba en su rostro. —Es muy poético todo lo que dices, pero te recuerdo que estamos en la vida real y no en un cuento de hadas. —Sé bien que estamos en la vida real, pero de vez en cuando se necesita un escape —Kenna miró a Zahid y le sonrió —hay distintas maneras de escaparse de la cruel realidad que nos rodea, muchos la buscan en los libros, otros en sus sueños y algunos prefieren irse a un sitio que denomina su lugar feliz. En fin, como sean las cosas, es necesario tener un poco de rosa en todo el contorno n***o. —¿Y tu lugar feliz es al lado de Selim? Ni sé por qué pregunto, es más que obvio que si lo es. —No, no lo es —Kenna respondió y Zahid se sorprendió

