Las calles de Mykonos eran tranquilas, más que nada porque no era temporada alta para los viajeros que buscaban diversos entre los angostos pasillos de la isla griega. Muchas personas oriundas caminaban aquel día por las calles con sus compras, habían sido dos días de clima hostil por lo que el sol les llamó a salir a hacer las compras de la semana. Giovanni estacionó el sedán color n***o en uno de los estacionamientos regulados de la isla.
Tomó su cartera que había dejado a un lado del volante y bajo del auto, Lorraine estaba emocionada, si bien su acto no era más que mera caballerosidad al no dejarla sola, podrían pasar tiempo juntos y eso la emocionaba. No había comunicado a los guardaespaldas que saldrían, según tenían entendido se habían hospedado en un hotel cercano, tampoco querían
