Marcos El día era un verdadero infierno, había tantas cosas que hacer, que ni siquiera tuve tiempo de tomar café, ya había pedido dos tazas y ambas terminaron enfriándose en mi mesa sin que diera ni un sorbo. Es el primer día que estoy aquí y ya extraño Santorini, ojalá pudiera volver allí, estar con Melissa, solo nosotros dos estos días fue mejor que cualquier retiro para mí. Pasé varias horas del día leyendo muchos documentos, en la tarde tendría una reunión del consejo, todos estaban preocupados por el tiempo que estaba fuera, hombres conservadores… – Wow, puedes cambiar tu estado de ánimo más rápido de lo que te cambias de ropa, no ha pasado tanto tiempo desde que te vi y mira eso, es puro odio en persona. – Alex entró ya notando mi estado de ánimo, no hay manera de no ser terrible

