capítulo 3

1405 Palabras
—¿Qué? —Sigo callado analizando todo. —Lo siento, papá. Pero necesito más tiempo. Por el contrato no puedo casarme. —Será ahora o nunca. No es un compromiso convencional, son negocios Isadora. —le digo. Ella solo niega con la cabeza. —Cómo que no puedes casarte? —él está gritando con ella, sujetándola del brazo mientras ella llora. Mi ira ya estaba tomando control de mí. —Pe... Per... Perdón papá, pero yo no, no puedo casarme, yo... —Ella está sollozando, tratando de hablar, pero él la sacude tanto— Descubrí hace poco que estoy embarazada papá yo... —ella ni siquiera termina lo que iba a decir y él le da una bofetada en la cara. —No puedo creer esto Isadora, ¿cómo tuviste el coraje de manchar el nombre de mi familia de esta manera? ¿Quién es el padre de este niño? —él está muy alterado y Isadora solo sabe disculparse. —Lo siento papá. No fue planeado. —Cómo permites que esto suceda, chica tonta? —Decido acabar con esa escena deplorable y retirarme, no quiero meterme en asuntos de familia, aunque sepa que su intención era darme el golpe de la barriga. —Bueno, ya que la conversación cambió, me retiraré. No tengo paciencia para dramas familiares. Ah, y solo para dejar claro, si vuelves a tocar a una mujer delante de mí otra vez, olvidaré las buenas maneras y no me importará que sea tu hija. Te romperé la cara, ¿entendido? —algo que mi madre siempre me enseñó fue a romper todo, gritar y dar puñetazos en las paredes si es necesario, pero nunca, en ninguna circunstancia, levantar la mano contra una mujer—. El acuerdo está cancelado. No haremos más negocios. —¡No te metas en esto, García! Este asunto no te concierne, es entre mi hija y yo. Sal de mi casa ahora mismo —él está visiblemente irritado por la revelación de su hija, ni siquiera le importa el hecho de que mañana pueda ir a la cárcel. Tal vez le dé unos días más para resolver su drama familiar. —En realidad sí tiene que ver desde el momento en que su hija pretendía engañarme con un embarazo falso. —¿Qué? —ella parece asustada por mi afirmación— No, yo no... quiero decir... Yo no... Iba a abortar, ya estaba todo programado, por eso necesitaba más días. No pretendía decir que era tuyo. —No intentes explicarte, chica, lo vi todo en tu nerviosismo —Tal vez esté diciendo la verdad, pero ¿quién me asegura que no intentaría hacerme creer que ese hijo era mío? —Sal de mi casa, García, no puedes hablar así de mi hija, ella no es una estafadora. —Tomaré en cuenta tu nerviosismo para no devolverte tu grosería, Martínez, por ahora. Con permiso —Me dirijo hacia la puerta, pero antes de darme cuenta, choco con alguien y tengo café derramado por todo mi traje Armani hecho a medida— ¡Maldición! —Lo siento. —Como si eso arreglara algo. —Tú fuiste como un huracán y no miraste hacia adelante. Ya pedí disculpas —Se disculpa, pero la miro con cara de pocos amigos. Ella me devuelve la mirada. —¿Qué pasó, hija? —La señora Martínez se acerca con un pastel en las manos. —Él fue el que no miró por donde iba. Chocó conmigo y derramó todo —Qué atrevida esa chica, echándome toda la culpa. —Que ¿yo no miré por dónde iba? Eres muy atrevida, chica —No se intimida y me mira con superioridad, lo que resulta gracioso si no fuera trágico por mi traje arruinado. —Voy a buscar un paño para limpiar tu traje —Iba a decirle a la señora Martínez que no era necesario porque ya no tenía remedio, pero fue tan amable y salió tan rápido que me quedé callado. —Basta papá, ¡basta! —grita Isadora a su padre y se acerca hacia nosotros, Isabelle está a pocos pasos de distancia, justo delante de mí. —¿Qué está pasando? —pregunta ella a su hermana que ha llegado hasta nosotros, pero Isadora pasa por los dos directamente, me fulmina con la mirada. —Has hundido aún más el nombre de nuestra familia, Isadora, ¡ya no basta todo lo que estamos pasando, voy a tener una hija madre soltera! Esto es inaceptable —dice él a Isadora que ya estaba cerca de la puerta de salida, ella se voltea y mira a su padre con lágrimas en los ojos, la decepción pasa por su rostro. —¡Papá! —Isabelle mira al padre con desaprobación. —¿Qué está pasando aquí, por qué están todos alterados? —La señora Martinez llega con el paño y un recipiente con lo que parece agua tibia. —Me voy a retirar, esto es asunto de familia —les digo. —Esto también es culpa tuya, idiota —Voy a golpear a este hombre ahora mismo. ‹‹¿Quién se cree que es para hablar así de mí?››—. ¿Sabías que tu hija ensució el nombre de mi familia y lo arrastró por el barro? —¿Qué? —pregunta ella a su marido sin entender nada. —Sabes que está embarazada Elena, ¡embarazada! y para colmo el tipo no quiere hacerse cargo del niño, fue solo una aventura como ella misma dijo. Ahora mira si crie a mi hija para esto. Abriendo las piernas para cualquiera y aun quedando embarazada. —Papá, para ya, no es así, estás ofendiendo a Dora —dice Isabelle a su padre. —¿Ofendiendo? Yo soy el ofendido aquí, no crie a mi hija para esto, mi nombre está en el barro por culpa de esta... —Isabelle corta al padre. —No termines tu frase, papá —su voz toma un tono diferente—. Porque si el nombre de nuestra familia está en la llama no es por culpa de ella, sino por tu culpa que decidiste robar a este hombre y hacer que nuestra familia pase por esto. Gran parte de esta situación es culpa tuya y no de ella —Ella está muy nerviosa, ésta sí que sería una perfecta señora García. —¿Cómo te atreves a hablarme así? —¿Cómo? Como una hija que veía al padre como un héroe y de repente se convierte en el peor de los bandidos, un ladrón, que acorrala a sus hijas en esta situación de casarse con un extraño o ver al padre ir a la cárcel y enfermo —Todos la miramos, creo que nadie esperaba esa respuesta, Isabelle parece una niña tan dulce y obediente. Y tiene un buen sentido de lo que está bien y mal. Todo fue cuestión de segundos, él se acerca para darle una bofetada, pero yo sostuve su mano a tiempo. —Te dije que no levantaras la mano a una mujer delante de mí —estaba tan enojado con él que mi deseo era darle un puñetazo en la cara—. Puedes olvidarte de cualquier tipo de acuerdo, quiero verte pudrirte en la cárcel, cobarde. Si me disculpan, ya he visto y oído suficiente —salí sin desear buenas noches, ya estaba fuera de mí, quería irme de allí lo más rápido posible. Seguramente Isadora pretendía darme el famoso golpe de la barriga, pero no contaba con los exámenes que pronto revelaron el embarazo avanzado. Belle No puedo creer lo que voy a hacer, estoy parada frente al edificio de la empresa García con el corazón en la mano de tan nerviosa, después de lo que sucedió el viernes por la noche. No veo otra solución, mi padre está enfermo y tuvo que ser hospitalizado. Su problema estaba empeorando, su corazón se detenía y los médicos recomendaron un trasplante. Estábamos todas nerviosas, especialmente Isadora que se culpaba, afortunadamente cuando se calmó nos pidió perdón y dijo que estaba muy nervioso y que no estaba pensando con claridad, todas quedamos muy afectadas por todo. Y con su estado de salud empeorando, no podía permitir que fuera arrestado y… aquí estoy en la puerta de este hombre para suplicarle que me acepte en lugar de Isadora, lista para arruinar mi vida casándome con la bestia Alexander García.
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