Ririka no podía ver a ningún lycan detrás de ella, pero ha estado desde siempre junto a los trillizos y conoce muy bien el sonido de un cachorro escabullendose, incluso si está en modo fantasma.
Halem estaba muy quieto, no había esperado encontrarse con Ririka en aquel lugar y se había llevado un buen susto cuando ella habló.
Ririka miró a través de él y Halem disimuladamente bajó la mirada, pudo ver su pata y soltó un suspiro de alivio, él sintió como se volvía invisible cuando Yarim lo sujetó, conocía el sentimiento pues Qumard lo había vuelto invisible muchas veces para escaparse de alguna situación.
Sintió el conocido cosquilleo de la magia en sus venas y supo que Yarim lo había vuelto invisible, se deslizó hasta el suelo y cuando Yarim lo soltó empezó a arrastrarse hasta la salida
