En su casa se dedicó a compartir tiempo y conversar con Tina por horas, obligándose además a mirar los realities de cocina y alta costura que a su tía Meg le encantaban. Estos últimos los devoraba ella también y le hacían sentir más cerca de lo que amaba. Notaba a su querida tía un poco más pálida, aunque, como de costumbre, ella sonrió y la disuadió de preocuparse. Tina estaba cada vez más ocupada en la preparación de sus exámenes y pruebas y a Regina le gustaba que por las noches tuviera momentos para ella. No tenía amigos más que virtuales y era callada y responsable. Dios sabía que su hermana se encargaba de la casa sin queja. Sabía que, con su actitud humilde, su vestimenta ancha y sus lentes de montura debía ser considerada una nerd, pero a ella no le importaba. Era lo mejor que pod

