2. La ruptura.[Parte 1]

901 Palabras
CAPÍTULO 2: La ruptura. — Aquí tienen — dice tía Anne entregándonos un pedazo de torta de chocolate a Sadie y a mí. — Gracias — respondemos al mismo tiempo. Tía Anne nos sonríe y después se sienta al lado de tío Sergio para seguir viendo la película. Llevo la pequeña cuchara a la torta y la pincho sin tener una pizca de hambre. — ¿Estás bien? — Pregunta Sadie a mi lado. Observo sus preocupados ojos por un largo segundo, debatiéndome en si debo decirle la verdad o no. A veces Sadie puede ser realmente dura cuando se trata de una situación relacionada con Jeremy. Mi rubia mejor amiga odia que yo lo ame porque dice que eso solo me hace daño. Y puede que ella esté en lo cierto. — Jeremy no llega — murmuro finalmente en voz baja, cuidando en que solo ella me escuche —. ¿Y si le pasó algo? Sadie me mira con impotencia y tristeza. Y no sé cuál de esas dos emociones me enfada más. — Aurora... — dice tratando de sonar suave —. Jeremy está con Sabrina, lo más probable es que ni siquiera llegue a dormir. ¿Cuándo vas a dejar de preocuparte por él? Trago el nudo que siento en mi garganta al escuchar sus palabras. — Sabes que lo quiero. — Tal vez deberías dejar de quererlo — murmura sin mirarme. Me estremezco por sus palabras, aunque ciertas y dichas porque quiere lo mejor para mí, me duele. — El problema es que no sé cómo hacerlo, Sadie. Ella me mira y la preocupación aumenta en sus ojos. — Mierda, lo siento... — deja el plato sobre sus piernas y toma mi mano para darme una pequeña caricia —. Es que odio verte así. Sabes que quiero a Jeremy, pero te quiero mucho más a ti. Eres como mi hermana, Aurora, y no me gusta verte así por él. No lo vale. Observo que tía Anne nos mira de reojo, así que disimuladamente limpio la lágrima que cae de mi ojo y sonrío con entusiasmo, fingiendo de nuevo. — ¿Ya encontraste otro empleo? — Le pregunto a Sadie, cambiando de tema. Como un pedazo de torta mientras espero por su respuesta. Sadie suelta un bufido y hace algo muy característico en ella, rueda los ojos. — No, en todos los lugares piden experiencia — dice —. Creo que tendré que aceptar el empleo del bar. Niego de inmediato. — ¿Estás loca? Saldrías muy tarde y cansada... — Aurora, no tengo opción... tengo que reunir dinero para entrar en la universidad el otro semestre. — Tienes el trabajo en el restaurante, te vas a cansar mucho trabajando todo el día. — Allá me pagan muy poco, no me alcanzará — su voz suena cansada —. Mañana llamaré a Easton y le diré que acepto. — Sadie... — Por favor, no me mires así — dice con suplica, sin embargo, me regala una pequeña sonrisa reconfortante —. Es lo que tengo que hacer y lo sabes. Me quedo en silencio, sin contestar nada. No me agrada la idea de que Sadie trabaje hasta altas horas de la noche de mesera en un bar en donde cualquier borracho puede hacerle algo. Pero supongo que ella tiene razón, no hay otra opción. El padre de Sadie murió cuando ella era una niña y, a partir de ahí, Sadie sólo quedó con su madre Samantha. Pronto, la madre de Sadie se casó con ese detestable sujeto llamado Rid, un empresario importante del país. Pero él realmente es un asco de persona y, desafortunadamente, Samantha entra a formar parte de su equipo. A Sadie no le agrada la idea de pagarse la universidad con el dinero de Rid, así que por eso ha decidido trabajar todo este semestre. De esa forma, consigue reunir dinero para pagarse el estudio de literatura del siguiente semestre. — Al menos tienes auto — le digo, provocando que ella suelte una pequeña risa que llena de alegría mi corazón. — Al menos... —susurra divertida. Y es que, aunque el carro de Sadie no es el último modelo del mercado, es suyo. Aún recuerdo la felicidad en su rostro cuando por fin, después de meses de ahorros, logró comprarlo. — ¿Y cómo te fue con la inscripción? — Me pregunta mirando hacia la pantalla del televisor. — Bien, conocí un chico — eso de inmediato capta la atención de Sadie quien me mira de inmediato —. Se llama Ryan, pero no te ilusiones, sabes que no tengo ojos para nadie que no sea... — ¡Jeremy! — Grita tía Anne y de inmediato todos miramos hacia la puerta que se ha abierto repentinamente. Jeremy entra luciendo enfadado, su rostro endurecido de una forma que sólo muestra rabia. Cierra la puerta de un fuerte golpe detrás de él y después sube las escaleras en silencio, sin detenerse a mirar a nadie. — ¿Qué le pasó? —Le pregunta tío Sergio a tía Anne, ambos luciendo aturdidos. Y es que no es normal que Jeremy entre así, él siempre saluda y es el hombre más tranquilo sobre la faz de la tierra, este comportamiento no es propio de él. — Ya vengo — me pongo de pie y sin pensar en nadie más que en Jeremy, subo a su habitación.
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