Dicen que cuando el amor es verdadero, todo conspira para que esas almas enamoradas, encuentren paz una junto a la otra, eso Paúl lo iba a aprender esa mañana, que cuál gatito perezoso, despertó acurrucado en el pecho de Ezra mientras él lo tenía completamente cubierto con sus brazos, al abrir los ojos lamentó haber dormido tanto, le hubiera encantado conversar con él mucho más, se quedó quieto, mirándolo y sintiendo su pausada respiración. Sabía que Ezra era muy fuerte, pero ahí a su lado era frágil; se acercó un poco más para observar de cerca sus labios, se aproximó muy despacio, luego retrocedió para después descubrir que Ezra ya había abierto sus ojos grises y le miraba muy atento. - ¿Te desperté? -preguntó dándole un besito en la nariz. - No -lo apretó mas, su alfa le exigía no dej

