1

1310 Palabras
- buen día jefe- digo entrando a la oficina de mi esposo con una sonrisa, después de tres años de matrimonio aún sigo siendo su secretaria, y hemos establecido un acuerdo implícito dónde cada quien sabe dónde está y no ligamos lo profesional con lo personal.   - Buen día Karen. - responde el con tono juguetón, lo miro con mala cara, a él es quien le cuesta más mantenerse al margen.   -Andrés. Digo a modo de reclamo.   - mi amor aquí nadie nos ve, ven y dale un beso a este hombre que te ama con locura. - dice abriendo sus brazos.   - tu sabes que no es lo correcto. Digo, pero ya estoy empezando a ceder. - además no son tantas horas sin mis labios, te di un beso en el auto cuando llegamos. - le recuerdo, él se lleva las manos a la mandíbula y mira hacia arriba haciendo un gesto pensativo.   - ¡eso fue hace como 10 min, ya te extraño! - Exclama poniéndose de pie y agarrándome por la cintura de golpe, haciendo que me asusté.   - Andrés. Vuelvo a decir ahora riendo, este hombre es caso perdido y me hace caer fácil.   - Por favor amor. - suplica haciendo puchero y colocando los ojitos como el gato con botas de Shrek.   - Está bien. -  Digo rendida, yo también lo quiero besar así que lo tomo por el rostro y junto nuestros labios en un beso lleno de amor, que el luego le da más intensidad. - Ahora sí podemos empezar a trabajar como es debido, ya tuve mi incentivo. - dice Mi jefe cuando logra dejar mis labios después de un beso arrollador. - esto no se repetirá- digo dando la vuelta para salir. - ya lo veremos- dice dándome una nalgada que me hace respingar en el lugar. - Andrés. - digo a modo re regaño. - me encantas cuando dices mi nombre. - dice guiñándome el ojo. Niego con la cabeza y salgo sonriendo de su oficina a la mía, por más que trato de establecer los límites jefes empleada con este hombre no se puede. Las horas pasan y se acerca la hora del almuerzo cuando mi teléfono suena, contesto de inmediato ya que es Elizabeth. - dime Eli. - respondo. - el señor Leal, desea hablar con Andrés. - dice y yo frunzo el ceño, no tengo ninguna cita pautada para Andrés a esta hora y mucho menos con él. - Dígale que no hay ninguna cita pautada. - le indico a Eli. - enseguida- responde y la escucho hablar con la otra persona a través de la línea. - dice que por favor le preguntes a Andrés, que es algo importante lo que necesita hablar con él. - me notifica unos segundos después. - le diré, pero no le aseguro nada. - vuelvo a hablar y esta vez cuelgo el teléfono, me levanto y abro la puerta que comunica nuestras oficinas. - vienes por más besos de tu esposo- dice a Andrés apenas me ve, colocando la boca como pico de pato. Niego con la cabeza y en tono serio y profesional, aunque por dentro está riendo, le informo sobre la persona que quiere una reunión con él. - hazlo pasar. - me indica poniéndose serio de repente. Hago lo que me pide, con una incertidumbre dentro de mí, ¿Quién es este señor? ¿Por qué pide reunirse con mi esposo sin previa cita? Y lo más importante ¿Por qué Andrés lo hace pasar sin titubear? Decido que después averiguaré eso. Salgo y le indico al señor que me siga y lo hago pasar a la oficina entrando yo también como secretaria y esposa de Andrés creo tener el derecho de saber quién es este señor. (Andrés) Mi esposa sale de la oficina en busca del señor Leal, espero que lo que me venga a decir no sea tan malo, y que lo que yo creía sea solo un error. Hace una semana me informaron a través de un sobre sin remitente (cosa que me pareció extraña) sobre un presunto fraude, al parecer alguien estaba desviando mi capital a una cuenta en el exterior y yo ni cuenta me había dado, (por eso averiguaré para validar o negar la información) supuestamente los balances que me dan semanal han sido maquillados por mi contador y administrador. Y digo supuestamente porqué aún no he verificado esa información por lo tanto no puedo acusar a nadie. Y es allí donde entra el señor Leal, él me debía validar o negar esa información, y por eso lo hice pasar de inmediato. - Señor tome asiento. - le indico. - gracias- dice y ve de reojo a mi esposa que nos ve a ambos con la curiosidad pintada en su rostro. - por favor Karen, podrías dejarnos solos- le pido amablemente ella me ve sorprendida para luego arrugar en entrecejo y darme esa mirada que dice bien claro en casa hablamos,  es primera vez que pido que me deje solo para hablar algo de trabajo y sé que esto me traerá problemas, así que solo pienso que excusa le daré, si el señor Leal me confirma que de verdad he sido estafado, ya que hasta no estar 100% seguro no quiero decirle a Karen que posiblemente tendré que declararme en bancarrota, si por el contrario me dice que solo es un juego de alguien mal intencionado hablare con ella de lo que sospechaba pero que gracias a Dios no fue nada, solo una sospecha, y de aquí en adelante estaré más pendiente. - y bien dígame ¿Qué ha logrado averiguar? - pregunto apenas Karen ha dejado la oficina. - con la poca información que me dio, si, efectivamente lo están robando. - dice y yo siento rabia con impotencia ligada, ¿Quién es el maldito que me ha estado robando en mis narices? - ¿Quien? ¿Cuánto? ¿A dónde mandan mi dinero? Logro preguntar de corrido cuando logro calmar un poco la rabia que tengo. - no sé exactamente qué cantidad, ni dónde, ni quién, fue muy poca información la que me dio, además no tengo tantos conocimientos para averiguar eso en tan pocos días. - ¿Entonces qué tengo que hacer para saber todo eso? - pregunto alzando la voz y poniéndome de pies golpeando el escritorio con las palmas de las manos. - clama, mis métodos no están tan actualizados, pero tengo una conocida que es excelente en esto, ella averiguara todo sin hacer mucho escándalo para no alertar al culpable, solo tiene que agregarla a la plantilla de trabajo y ella se infiltrara y tendrá toda la información en sus manos más rápido de lo que canta el gallo. - dice y sonríe de lado. - ¿Qué tengo que hacer? Pregunto soltando un suspiro y dejándome caer nuevamente en la silla de golpe. - yo la citare y estará mañana a primera con usted. - dice levantándose y tendiéndome su mano a modo de despedida. Me quedo allí durante unos segundos procesando todo, y pensando ahora que excusa le daré a Karen para justificar la presencia del señor Leal. (Desconocida) - ¿has dicho todo lo que tenías que decir? - pregunto - claro que si- responde sonriendo- y se lo ha creído todo. - perfecto. - respondo - toma tu dinero y no me has visto, no sabes quién soy, tu y yo nunca tuvimos está conversación, ni hemos hecho negocio. - le aclaro entregándole un sobre con el dinero. - ¿Quién es usted? No la conozco - dice y sonríe para alejarse de mi con paso seguro y sin volver a mirarme una segunda vez. Miro la empresa de Andrés Lara, y sonrió, mi venganza ya viene en camino, ya el paso 1 está listo, no sabrán ni quién los atacó. 
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR