HABITACIÓN DE BRIELLE Y SADRAC - AMANECER Cuando Sadrac al fin abrió los ojos sin tener idea de que Brielle se había despertado primero un par de horas atrás, pero ahora, esa claridad típica de la mañana logró sacarlo de su plácido sueño y lo primero que hizo fue ver a su alrededor, oliendo el delicioso aroma de su Elfa. Como era de esperarse, su primera sensación fue la de calor y suavidad contra su pecho, seguida de inmediato por el reconocimiento de que Brielle estaba justo donde había estado cuando se durmió: acurrucada contra él con una naturalidad que parecía haber sido diseñada por el destino mismo. Por un momento, se permitió solo disfrutar la sensación sin analizar las implicaciones. Había algo profundamente satisfactorio en despertar con ella en sus brazos, algo que trascendía

