Capítulo veintinueve
Dejo que las gotas de agua corran desde la coronilla de mi cabeza hasta la planta de mis pies creando una sensación agradable y placentera ante todo el estrés que he pasado el día de hoy.
Y vaya que fue mucho.
Entre lo de la mañana, lo de mi jefe, lo de la cafetería, lo de los tipos, lo de Carlos, lo de Daniel, luego llego Khan, luego todo mi ejercito de compañeros, luego la noticia de la chica, luego lo del come donas en la comisaría, luego lo de Carlos y Khan aquí en la casa y por ultimo lo de la ambulancia que tuve que mandar a pedir para la persona que lleva años tratando de que sea su amor.
Ese izquierdazo que le metió el chico de ojos mieles al come donas estuvo potente, pero debo admitir que él mismo se lo busco, porque nadie lo mando a él a tratar de ll
