Carlos me toma de la camisa con fuerza al mismo tiempo de que posa una de las manos sobre sus rodillas y se deja caer redondito al suelo dejando la vista en un punto fijo, —estamos perdidos... Dice sin ánimos y por un momento reo escuchar los carros patrullas de la policía, pero rápido descarto la idea y dejo salir un tiro cuando observo de manera rápida e imprecisa de que alguien va pasando por donde estamos. Es obvio que voy a tener que abatirlo si quiero salir de aquí con vida, y lo peor del caso es que yo creo que solo me quedan dos balas. Mierda... Aquí vamos. Le dejo salir un tiro haciéndole ver la posición en la que estamos y le suelto el otro cuando aún sigo escuchando sus pasos, pero esta vez mucho más cerca de lo que antes lo teníamos. Ya la fregué. —Carlos, fue un

