El reino es un extenso territorio rodeado de montañas, con ríos, cascadas, naturaleza viva y verde, casas pequeñas y grandes, las villas de los duques y el palacio. Una gran muralla de piedra divide las tierras del reino del resto del mundo.
Esa muralla es mi prisión ahora, es lo único que me detiene de salir a ver el mundo entero, ya que los guardias vigilan con recelo cada rincón y las entradas y salidas deben ser aprobadas por el rey o los hombres de la corte en su ausencia.
Y en las tierras del reino en la parte en donde se cultivan las flores de loto, están mis raíces. Mi familia, desde que tengo memoria, habita las tierras de la fortaleza y la superación, así es como les llaman en el pueblo, o por lo menos es la historia que mi padre me ha platicado en sus cuentos para dormir:
Un hombre enfadado de la soberbia del rey, reunió a sus mejores aliados y se levantó en su contra, la pelea había sido muy dura y había durado muchos años, generación tras generación, los ancestros de mi padre siempre habían peleado con quienquiera que tuviera puesta una corona, pero esos ancestros no conocían la naturaleza de la severidad del rey y su corte, no sabían por que estaban en contra de la hechicería si le traía un grandioso bien al reino y a su gente.
Pero todo cambió esa noche, un poderoso hechicero apareció en las tierras del reino amenazando con magia oscura a todo el reino, fue un sólo hombre el que se enfrentó a ese gran hechicero y lo hizo huir despavorido del reino. Desde entonces el rey estuvo en deuda con esa familia, le dio unas de las mejores tierras del reino y le otorgó un título respetable.
Ese hombre engendró a una hermosa hija y el rey a modo de agradecimiento por sus grandes proezas le otorgó una gran promesa que cambiaría para siempre el rumbo de su descendencia, su hija se convertiría en la esposa de su primogénito cuando el tiempo llegara.
Las tierras de mi familia están rodeadas por aguas pantanosas y un vistoso lago que ha sido cómplice de mis travesuras. La montaña y el aire de libertad reinan en mi hogar y eso es lo que más amo de mi origen.
No soy, y mi familia nunca fue parte de la nobleza, mi padre ha sido un hombre respetado tras resurgir de la oscuridad en contra del antiguo palacio. Mi padre, el gran duque de Hasu, se ganó su reputación y el respeto de todo el reino tras resurgir de nuestro pasado oscuro y ganarse el respeto de nuestro rey.
Ahora se que ese lugar, en el que crecí, el rey se lo dio de obsequio cuando mostró su humildad, respeto y fidelidad al reinado actual.
-Había un hechicero poderoso cerca de las tierras del reino, se dice que tu padre se enfrentó a él y salió victorioso, por eso el rey ha confiado en él y le ha dado las tierras en las que vives
-¿Mi padre se enfrentó a un hechicero? -pregunté boquiabierta a mi amigo el bibliotecario
-Lo hizo, en realidad nadie sabe como, sólo el rey y él conocen esa historia, pero no la comentan con nadie. Tu familia siempre fue una familia rebelde, el padre de tu padre vivía en contra de las leyes, no quería a la familia real, pero a tu padre se le presentó la oportunidad de cambiar su destino y el de su familia, de no haberlo hecho no sé dónde estarías ahora, no sé qué sería de ti
-Sería una mujer libre… libre para pasear por el mundo, para hacer lo que quiera de mi vida
-Libre para enamorarte -agregó
-¿Enamorarme? ¡qué va! eso no es para mí -respondí
-No sabes lo que dices
-Lo sé, desearía que mi vida fuera diferente, pero no puedo decepcionar a mi padre, si él se esforzó tanto para darme esta vida, no puedo reclamar nada
-Es lo que te digo, sé obediente, acepta tu destino, estoy seguro de que serás una grandiosa reina
-Una reina claro, no sabes que las reinas no tienen voz, ni voto
-Las cosas han cambiado, si tu prometido tiene ideas innovadoras, que seguramente las tiene, sólo debes ganarte su respeto
-Ganarme su respeto, eso no parece algo que me agrade hacer
-Ganarme el respeto del príncipe heredero ¡si claro! como si eso fuera posible -dije en voz alta, mientras tomaba una bebida dulce en el mercado clandestino del pueblo
-Es eso o enamorarlo perdidamente de ti -dijo la encargada del lugar
-Eso parece un mejor plan -dije sonriendo mientras en mi mente planeaba detenidamente cómo debía hacerlo
-Sólo bromeaba -respondió ella en tono serio
Pero yo conocía la verdad, ella por algún motivo le guardaba rencor al rey y a sus seguidores más leales. Jamás quería hablar sobre su rencor hacia el rey conmigo, y la entendía, tenía sus motivos, ¿cómo podía confiar en alguien que pronto viviría en ese palacio?
-Cuando esté en ese lugar el príncipe hará todo lo que yo quiera, eso te lo aseguro
-No deberías tentar tu suerte -me advirtió
-No lo hago, simplemente conozco mi belleza y mis grandes dones para convencer a las personas, nadie puede resistirse a cumplir mis caprichos
-Eso es lo que tú crees, ¿no crees que eso es lo que quieren todos que pienses?
-No vas a hacerme dudar, he logrado grandes cosas y ni siquiera soy princesa aún
-Y es por eso que las has conseguido, no eres princesa, tienes aún tu libertad y no tienes que respetar reglas y protocolos
-¡Es cierto! -suspiré desalentada -aún así sé que el príncipe caerá rendido a mis pies
No sé la naturaleza de mi compromiso con el heredero al trono, lo único que sé es que esa promesa de mi padre al rey me atara pronto a una vida llena de privaciones, no me refiero a comida o lujos, si no a la libertad de vivir mi vida como quiero, de viajar por el mundo y conocer nuevos horizontes como lo he soñado siempre. Y conocer mi destino me hacía querer correr para huir de lo que la vida tenía preparado para mí.