CAPITULO 3: Pésimo encuentro

2441 Palabras
NARRA MARIANNE La casa de Maximiliano es realmente enorme, una mansión de más de una cuadra completa, tengo que investigar quién es él, seguramente tiene algún puesto muy importante en la politica o que se yo, se nota que el dinero le sobra a montones. Tengo que aceptar que estoy extasiada con Max, es tan sexy, guapo, varonil, su voz eriza mi piel, supongo que debe de tener miles de mujeres a sus pies, aún no entiendo ¿Por qué ha elegido traerme a su casa y hacer un contrato conmigo? El me ha dicho que no soy su tipo, era más que obvio, jamás se fijaría en una chica de diferente clase social a él, con ropa remendada por lo vieja que está... Me dolió saber que no le intereso como mujer aunque ¿Por qué en aquel bar quería tener sexo conmigo? Tal vez iba a ser una más de su larga lista de amantes. Cuando él se fué a dormir me quedé un rato más dando vueltas en el interior de la mansión, la cocina tan solo tenía el tamaño de mi casa. Extrañaba mucho a mi madre, mi cabecita blanca debe de estar preguntándose porque no estoy en éstos momentos con ella, mañana tendré que ir a contarle todas las locuras que he hecho en tan pocas horas. Después de llorar unas cuantas horas me quedé dormida, mañana tenía que madrugar. Mi móvil sonó a las 7:00am... me duche y corrí a la cocina, desde ayer corroboré que aquí no hay nadie más que Max y yo. Preparé un desayuno delicioso, mi madre hizo un buen trabajo al enseñarme a cocinar, estoy segura que le encantará a Max. El ya sentado en el desayunador me observaba, daba pequeñas probadas a la comida y se reía. - ¿Qué es tan gracioso? - Quería hacerme enfadar. - Nada en especial... - Nos marchamos a un centro comercial, me ha ofendido al criticar mi vestimenta. Llegamos a una boutique, jamás hubiese podido comprar ni un simple moño de aquí, todo tiene un costo muy alto. Max se sentó en la esquina para terminar trabajo pendiente. Las señoritas de aquí me atendieron como si fuera una princesa, seguramente conocen a Maximiliano y su mal humor. En la mañana investigue más sobre él, resulta que es el hombre más rico de la ciudad, un multimillonario que ha tomado el control de las navieras más exitosas del País, con tan solo 22 años se convirtió en el CEO más codiciado por las mujeres más hermosas. Ahora tiene 29 años, 10 más que yo... un adonis. Las noticias de las revistas de chismes relatan que él jamás se toma enserio a ninguna mujer, han estado entre sus sábanas las mujeres más deseadas. Es tan lógico que él siempre tenga a alguien haciéndole coqueteos, es muy sexy, guapo y tan perfecto. Una vez que terminaron de arreglarme salí a la calle, Max me esperaba en el auto. Su mirada me emocionaba mucho, eso me confirmaba que las chicas de allá adentro hicieron bien su trabajo, lo he dejado encantado. El contrato esta muy bien redactado, las clausulas son muy claras... ¿No puedo estar con ningún hombre? ¿Qué le diré a Daniel todo este tiempo que no estaré con él? maldita la hora en que he decidido ir a ese bar y meterme en tantos enredos. He preguntado todas mis dudas, Max me miraba con mucha atención, el hacia gestos raros. Por fin firme... ahora él me llevará a no sé que lugar. - ¿Tardaremos mucho a dónde vamos? necesito ir urgentemente a un lugar muy importante. - Le dije con voz muy bajita, le tenía miedo. - No Anne no tardaremos. - ¿Por qué me ha llamado así? solo las personas de mi confianza me nombran de esa manera. - ¿Anne? ¿Cuándo tomaste tantos privilegios? - Me reí de él. - Marianne es muy largo, es más práctico Anne ¿Tienes algún inconveniente? - Sus ojos azules miraban con mucha seriedad mi rostro. - No para nada... es un simple nombre. - Cruce una de mis piernas y me puse cómoda en la camioneta tan lujosa en la que viajábamos. - ¿Cada cuando cambias de auto? - Hasta ahorita sus dos autos que he tocado me han encantado. - Cada que yo quiera Anne... el dinero para mí no es un problema. - Como lo suponía. Llegamos al hospital donde se encontraba mi mami ¿A qué hemos venido aquí? ¿Será que el también tiene algun enfermo aquí? - Señorita me podría informar ¿En qué habitación se encuentra la señora Elena? - ¿Max preguntaba por mi madre? Nos informaron la ubicación de mi mamá, Max me tomó una vez más de la mano para subir al elevador y dirigirnos hasta allá. No sabía que decirle ¿Cómo es que sabe tanto de mi vida? tenía muchas ganas de abrazar a mi madre. Llegamos a la habitación... ahí estaba mi mami, se veía tan débil. - Anne mi niña... - Apenas si lograba hablar. - Madre, perdón... - Me lancé a sus brazos, lloré en su pecho. Max se había quedado en la entrada, decidió darme espacio con mi madre ¿Por qué ha tenido el gesto de traerme hasta aquí? - Hola... - Daniel había entrado, el trabaja aquí, realiza sus prácticas para neurocirujano, lo extrañaba tanto, también lo abracé. - Mi amor... yo... - El me silencio con su mano. - Después hablamos nena, ahora lo importante es que tu madre tenga el tratamiento que necesita ¿Has logrado conseguir algo? - Agaché la mirada. - No... aún no. - Daniel me estaba observando de pies a cabeza. - Te ves muy sexy Anne... - Susurró en mi oído. La puerta de la habitación se abrió, es Max con el médico. - Señora Elena comenzaremos a administrarle el medicamento necesario para que logré estabilizarse, el donante puede llegar en cualquier momento y usted tiene que estar lista. - ¿Cómo? ¿Quién a pagado tanta cantidad para la salud de mi madre? hace unos días querían echarnos por falta de pago. - ¿Es todo doctor? - Maximiliano preguntaba. - ¿Usted quien es? - Mi madre interrogó a Max. - Mucho gusto señora Elena, soy... el novio de su hija. - El estiró la mano para saludarla. El muy tarado ha dicho enfrente de mi verdadero novio que el y yo tenemos algo, la cara de Daniel es de enojo, tanto así que me jaló y me llevó fuera de la habitación. - ¿Qué está pasando Marianne? - Está muy furioso. - No puedo explicarte ahora Dani, es algo complicado, solo no creas lo que has escuchado. - Mis ojos reventaban de lágrimas. - ¿Estás escuchando lo que dices? traes esa ropa de una marca muy costosa, vienes con escoltas, con un hombre famoso ¿Te has vendido al mejor postor? - Me jalo muy fuerte del brazo. - iSueltala! - Max le dió un fuerte golpe a Dani tirándolo al piso. Daniel le regresó el golpe a Max, comenzaron una pelea absurda, el pobre de Dani ya estaba todo moreteado, jamás podría con Maximiliano, él es tan fuerte. La gente de seguridad de Max sujetaron a Daniel, la mirada de él hacia mi era de tristeza y decepción. Se marchó sin decirme nada más. - ¿Pero qué te crees? ¿Por qué has dicho esa gran mentira? - Golpee el pecho de Maximiliano. - En pocos días saldrás en muchas revistas de falsas verdades, es mejor que tú noviecito de una vez se quede tranquilo. - Que descarado. - Que tenga una deuda contigo, que haya firmado ese maldito contrato no te da el derecho de arruinarme la vida, te odio. - Una vez más lo golpe y salí en busca de Daniel. Busqué a mí novio por todas las áreas y ya no estaba, tengo que encontrar la manera de regresar a hablar con él y contarle la verdad. - Tenemos que irnos Anne, súbete. - La voz mandona de Max detrás de mi. - Solo me despido de mi madre ¿Eso sí puedo hacerlo? - En forma de burla le contesté. Regresé a la habitación, el médico y las enfermeras estaban llevando a mi mamá a otro lugar. - ¿A dónde la llevan? juro que pagaré hasta el último centavo... - Temía por la salud de mi mami. - Señorita tranquila... la vamos a trasladar a una habitación mejor, la cuenta con cheque abierto ya está autorizada por el señor Coleman, ya no debe tener preocupación. - Max ha pagado todo... Salí de la habitación de mi madre, fui inmediatamente con Max. - Gracias, muchas gracias, te prometo que te devolveré todo lo que has pagado. - Le di un fuerte abrazo a Max, abrazo que el me recibió. - Después hablamos de eso Anne, ahora tenemos que regresar, ya es tarde y mañana tenemos que madrugar, saldremos a un viaje expréss. - ¿Viaje? este hombre es todo un misterio. Regresé a la mansión muy feliz, mi madre se ha quedado en las mejores manos, con los medicamentos que necesita, todo gracias a Max. Muy de madrugada Max me ha despertado, pidió que llevase la mejor ropa, vestidos de noche y un traje de baño. Quería preguntarle a dónde iríamos pero temía a su reacción. - Espero no tener algún momento desagradable como el de ayer Anne, hoy tienes que comportarte lo mejor posible, si en verdad deseas darme las gracias por lo de tu madre solo te pido que hoy estés lo más cercana a mi. - No entendía nada. - Maximiliano en verdad agradezco lo que has hecho por mi madre... si fueses más claro con lo que ocurre yo te ayudo, solo que simplemente no entiendo a qué te refieres con ser más cercana contigo. - Busque las palabras correctas para no hacerlo enfurecer tan temprano. - Mañana tengo que firmar una cancelación de un contrato multimillonario, si lo pierdo, perderé mucho dinero y muchas cosas más. La persona a quien conocerás es algo así como mi pasado oscuro, ella es la razón por la cual te he contratado. - Quería entender pero no es aún tan claro. - Max me confundes cada vez más... a ver... ella ha sido alguien importante para ti ¿Te falló y por eso le llamas pasado oscuro? - Conoceré a una de sus ex. - Más o menos... no me agrada hablar de eso, solo quiere que le quede claro que voy solo con la intención de negocios ¿Te molesta si te presento como mi novia? - Me causaba nervios esa palabra. - ¿Entonces quieres que finja que somos una pareja perfecta para darle celos? - Quería reír. - Solo quiero que hagas lo que te digo y ya, para eso te he pagado Marianne. - Me gritó, se ha enfadado. - Ok. Por mi no hay problema, es lo menos que puedo hacer por la persona que en dos ocasiones ha salvado mi vida. - Le di un ligero beso en la mejilla. El viaje ha sido a una playa retirada de la ciudad, ahi pasaríamos un día completo antes de encontramos con la famosa ex de Maximiliano Coleman. Llegamos a una linda casa a pie de la playa, todo al rededor de Max es tan increíble. - ¿También es tu propiedad Max? - Lo intuí porque tiene una arquitectura parecida a la de la mansión. - Si... bueno es de mis padres, voy a verificar que todo esté listo para mañana, puedes nadar en la alberca, en la playa o donde mejor te parezca, todo aquí es privado incluida la playa, nadie te molestara, puedes pedir lo que quieras a la gente de servicio, tienen órdenes de consentir a mi nueva novia. - Me guiñó el ojo, soltó una risa sexy y se fué. Me cambié para ir a la playa, jamás le dije a Max que no conocía el mar, me hubiese dado mucha pena decirle. Estaba feliz... todo esto es un sueño hecho realidad para mí. Coloqué el traje de baño que las chicas de la boutique me escogieron, realmente me miraba muy bien. - ¿Señorita quiere algo de beber? - Una señora más o menos de 50 años se acercó a mi. - Mmm una limonada está bien gracias. - Me sentía rara, jamás nadie me ofrecía nada que no fuese mi mami. Después de estar un rato en la orilla de la playa sintiendo por primera vez las olas del mar regrese a la casa. Tenía sentimientos encontrados, felicidad pero también tristeza, me hubiese gustado que mi mami estuviera aquí conmigo conociendo también lo hermoso que es el mar, comencé a llorar. - ¿Se encuentra bien? - Me volvió a preguntar la señora de hace un rato. - Si, creo que si. - Le respondí con tristeza. - Beba esto. - Me dio una copa. - Está delicioso ¿Qué es? - El sabor de ésta bebida me encantó. - Es champagne, la bebida quita tristezas, así la llama el joven Max. - Reí al escuchar lo que dijo. - ¿Me puedes servir una copa más? - Me relleno mi copa, dejó la botella ahí y se marchó. Media botella de champagne había bebido, Max tenía razón está bebida es genial para la tristeza, ahora me sentía rara pero feliz. - ¿Anne? - Max había llegado, yo estaba recostada en un camastro. - Hola Max... - Me lancé a sus brazos y le di un beso en la mejilla. - ¿Estás ebria? - El se reía de mi estado. - Creo que si... y tu Max estás muy sexy con ese cabello despeinado. - Lo besé... no puedo creerlo he besado sus labios. Es que él se ve tan guapo, tan juvenil, tan fresco y libre de tanta tensión del trabajo. - Marianne... relájate. - Una de sus manos tocó mi mejilla. - Perdón... supongo que teníamos que romper el hielo entre nosotros, mañana seremos la pareja perfecta ¿Qué no? - Lo jale hasta la piscina. Pasamos un rato tan agradable, lo aventé a la alberca, jugaba con Max como si fuese una niña pequeña. En ese hombre maduro, rudo, serio, formal existe un caballero, un hombre que ríe y luce lindo. No supe en qué momento pasaron las horas hasta terminar en una cama. - Gracias Max por traerme, jamás había conocido el mar. - Una vez más lo besé y caí rendida en un sueño profundo.
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