Al día siguiente de la borrachera, el joven Caleb prometió que no volvería a tomar, pues evidentemente se encontraba mal, y pasó dos días maldiciendo a los hermanos de su mejor amiga por inducirlo a semejante idiotez, prometiendo golpearlos cuando los volviera a ver; cosa que pasó pronto. Algunos días después de su primera borrachera, el castaño de ojos marrón estaba disponiéndose a abordar un avión que lo llevara a su nuevo destino y los hermanos Montesinos fueron a despedirlo, la joven Diana prometiendo alcanzarlo tres semanas después; ahí, Caleb, como despedida, dio un par de guantadas en los brazos de unos chicos que lo trataban, a veces, como a un hermano menor. Caleb dejó el país esperanzado en que su dolor se quedaría también atrás, pero, al parecer, la nostalgia no era exclusiv

