-Ya está bien, dime ya que ha pasado. -Le digo sentándome en frente de ella. Sin siquiera molestarme en saludar. No tengo tiempo para formalismos. Y me tiene muerta de la curiosidad, ansiosa, desesperada y con mucho miedo por lo que me vaya a decir.
-Realmente no sé cómo contártelo-Dice está riendo nerviosa. Mi seria y nerviosa. ¿Qué está pasando?
-Pues con palabras Mi.-Le digo obvia y un poco molesta
- ¿Vais a pedir ya? -Pregunta la camarera que siempre nos atiende. Nunca había odiado tanto a una persona. Respiro dos veces para calmarme, porque ella no tiene la culpa de nada.
Mi me mira esperando que hable, pero no aparto la mirada de sus ojos. Cuando ve que no diré nada responde por las dos.
-Lo de siempre por favor. -La camarera asiente.
-Peter me ha contestado los mensajes-Dice tras un largo silencio por parte de ambas.
- ¿Qué Peter? Mi no te estoy entendiendo y me estoy poniendo ya demasiado nerviosa. - Le advierto. Quiero que hable claro y no con este suspense.
-Peter Nat, el amigo del padre de tu hijo-Dice perdiendo la paciencia por mi actitud, en una voz un poco demasiado alta para mi gusto, y para gusto de las mesas vecinas que nos miran de reojo. –Lo siento –Se disculpa conmigo, pero que nos miren es lo que menos me importa ahora mismo. Mi cabeza piensa, pero en nada. Tengo la mente totalmente en blanco. De mi boca no sale nada, ni siquiera estoy segura de estar respirando. Me he quedado en Shock, y creo que me va a coger un ataque de ansiedad. Miro fijamente a Mi, que me está analizando y esperando a que diga algo, pero es que no tengo palabras para expresar lo que siento, porque realmente no sé qué siento.
- ¿Y qué te ha dicho? -Pregunto finalmente sintiendo mi corazón latir a mil por hora, y mis manos sudar.
-Primero me ha preguntado si estaba loca-Ríe levemente. A mi no me hace gracia esta situación, sinceramente-Después me ha preguntado si estábamos seguras de ello, y finalmente me ha dicho que Clyde debía saberlo. -Explica su conversación.
-Clyde-Saboreo el nombre que ahora mismo presiento que se va a convertir en mi pesadilla... Nunca me hubieses esperado ese nombre. Básicamente porque no sabía nada él. Ni nombre, ni edad, ni nada. Lo único que sabía era el número de su amigo el cual acababa de contestar los mensajes que le habíamos enviado 2 años atrás. 2 AÑOS ANTRÁS.
-Sí, así parece que se llama. -Dice Mi. La miro de nuevo. Sigo un poco en shock. -Di algo Nat. -Me pide.
-Es que… no se Mi. Creo que necesito asimilar esto. -Murmuro dejando el bolso a mi lado y sacándome el abrigo. Estoy sudando hasta por donde no sabía que se podía-Necesito agua, ¿puedes traer agua por favor? -Pido al camarero que acaba de pasar por nuestro lado. Este asiente.
-Nat, cálmate. –Me pide Mi. Yo también creo que necesito calmarme o me dará un ataque de ansiedad.
-Mi, no me pidas eso, porque en este momento lo último que puedo hacer es calmarme. -Le aseguro. Intento controlar mi respiración porque estoy muy agitada. Pero me es imposible.
-Vale bueno, ahora ya sé que no estás calmada. Bien, vamos avanzando-Dice, con cierto tono de burla. La fulmino con la mirada y agradezco al camarero el agua. Bebo de la botella hasta acabármela. Realmente no tenía sed, o al menos no tanta, pero me la termino en un intento vago de distraerme.
-Trae otra por favor. -Pide Mi al camarero. Este asiente y se va de nuevo.
-No lo entiendo Mi. ¿Por qué ahora? ¿Por qué contestan los mensajes después de 2 años? -Pregunto. No entiendo nada.
-No lo sé Nati. –Se sincera Mi- Tal vez se haya arrepentido o… no lo sé. - Niega. -Le he estado dando vueltas y tampoco he llegado a ninguna conclusión. ¿Pero le podrás preguntar tu personalmente no? -Esa es su forma de decirme que lo conozca
-Michi si intenta sacarme a mi hijo… yo, no sé qué haría sin Axel. Él es mi vida y si me lo saca. No, no, no Mi no-Suplico. Siento las lágrimas acumularse en mis ojos.
-Hey, calma. -Se levante para sentarse a mi lado- Natalie por favor cálmate-Dice seria, pero no puedo contener las lágrimas-Sh tranquila. -Me acomodo en sus brazos, dejanco que me acune como un bebé- Nadie te va a sacar a Axel. Por encima de nuestro cadáver-Me tranquiliza abrazándome. Lloro en sus brazos, dejo sacar las emociones que he contenido este rato, que, aunque corto, muy intenso. Sé que somos el centro de atención en estos momentos, pero me da igual.
-Señoritas, su comida-Dice la camarera-Y su otra agua-Dice el camarero.
-Podéis dejarlo allí-Señala la mesa-Gracias-Agradece. Estos asienten dejando la comida y desapareciendo de nuestras vistas no sin antes mirarnos con curiosidad.
-Nat, todavía estás a tiempo de retraerte, decir que era una broma, y él nunca sabrá que tiene un hijo-Dice.
-No-Suspiro saliendo de su cobijo. -No es justo, ni para él, ni para mi hijo. Axel todavía es muy pequeño para darse cuenta de lo que hay, pero en algún momento empezará a preguntar por su padre. –Me seco las lágrimas. Respiro recuperando la calma y y lucidez. -Quiero hacer esto bien y si Axel no va a tener padre que no sea por mi culpa. No me lo perdonaría nunca, y sé que el tampoco.
-Es tu decisión Nati, te apoyaré decidas lo que decidas. Pero, como mejor amiga me siento en el deber de decirte lo que pienso. Y pienso igual que tú, que deberías decírselo. Y si ese imbécil se atreve a siquiera intentar sacarte a tu hijo, no sabe lo que le espera. Porque si por algo nos caracterizamos, es por ser guerreras y porque nunca perdemos, al menos de buenas formas. Y si no quiere hacerse cargo, pues bueno. Tampoco lo hemos necesitado hasta el momento y no lo haremos. Nos valemos por nosotras mismas. -Dice. Ambas reímos sabiendo que es cierto, somos muy malas perdedoras y muy luchadoras. Tras eso, decidimos dejar de montar espectáculo y olvidar por un momento todo esto para comer.
A las 5 vamos por Axel a la guardería y luego nos vamos al centro comercial a comprar mi vestido y algo para Axel para la fiesta de graduación de Mí, que era mañana. Mi se compró el vestido hace como 2 meses, y estuvo buscándolo durante 2 más.
-Este me gusta-Digo saliendo del vestidor.
-No, es el primero que te pruebas. No puede ser que sea el perfecto-Frunce el ceño.
-Mi no necesito estar 2 meses para encontrar el vestido “perfecto”-Me burlo. -Además, no es mi graduación, podría ir hasta con pijama si me diera la gana. -Me quejo.
-He dicho que este no es el vestido y punto. -Sentencia.
-Mimi-Llama mi pequeño a Michi.
-Aquí estoy bebé-Le besa los mofletes gordos haciéndole reír.
- ¿Por qué dice Mimi y no mamá? Mamá… Di mamá, cariño-Le pido o más bien suplico. Este me mira fijamente durante unos instantes para después apartar la mirada y coger su peluche.
-Di que sí cariño, mami es una pesada-Se ríe de mí. Axel ha aprendido antes a decir Mimi que mamá. De hecho, para llamarme a mi dice Ma y eso me daba “rabia” porque solo debe de volver a decir Ma para decir mamá. Pero el médico me dijo que tuviera paciencia, que en poco tiempo lo dirá y que cuando empiece a hablar desearé volver atrás a cuando solo dice ma. Exasperada vuelvo a dentro a por otro vestido.
- ¿Qué te parece este? -Pregunto
-Normalmente diría que la segunda opción tampoco puede ser la definitiva, pero haré la excepción. Es perfecto. -Mi aplaude como una niña pequeña.
-Me gusta, pero me parece demasiado formal. Parece que sea yo quien se vaya a graduar. -Me quejo.
-Ma-Dice mi pequeño extendiendo sus bracitos hacia mí.
-Mamá bebé, di mamá-Le pido. Este solo ríe mirándose en el espejo que hay detrás.
-Venga sácatelo y vamos a por la ropa de Axel. -Dice Mi riéndose.
-Mi.
-He dicho que…
-Sisi-La interrumpo devolviéndole a Axel. Esta me mira con una mirada triunfadora. Maldita Michelle. Siempre se sale con la suya.