Alex sonríe, mientras nota como su cuerpo relajado contra el de él, va disminuyendo sus temblores, a la vez de a poco regula su respiraciones. Un par de minutos después Gianna se gira hacia él y mirándolo con intensidad, le sonríe. Alex se inclina tomando posesión de la dulce boca de su esposa, su cara dulce y sus ojos ardiendo aún de deseo, resultaban una combinación enloquecedora. Alex se inclinó para tomarla por debajo de los muslos, Gianna se aferró a su cuello, mientras que sus piernas se sostenían a cada lado de las anchas y masculinas caderas. —Quiero estar dentro de ti, Gia— confesó con voz ronroneante. —Y yo quiero sentirte— le dijo, dando cortos besos — quiero descubrir qué se siente ser llena por ti— susurró contra su boca. Los ojos de Alexander brillaron con una ardiente l

