Capítulo 9
La chica se había dado una ducha con agua caliente, tenía su cabello mojado cayendo por su espalda, ya venía siendo hora de que lo cortara, tomó algo cómodo del armario para estar en casa decidiéndose por un pantalón de algodón n***o, éste llegaba unos centímetros arriba de los tobillos, sudadera blanca y sus pantuflas, su estómago rugió así que bajó a la cocina disfrutando la soledad del ambiente. Dejó su celular en el mesón preparándose unos sándwiches simples, el reloj de la cocina marcaban las siete de la noche, ¿Aquella ceremonia no estaba durando mucho? Kannie en ningún momento vio los mensajes y llamadas perdidas de su celular porque sabía o imaginaba lo que decían, por alguna razón recordó la historia de YuGyeom, ¿Cambiaría mucho si su amigo fuera el alfa y no Kook? YuGyeom no tenía un carácter de líder, decían que él era muy inocente y dulce, pero Kannie sabía que ese chico era tan fuerte como los demás. Estaba tan metida en sus pensamientos que no escuchó la puerta abrirse dejando ver a sus padres con su hermano.
El señor Min fue hasta ella tomándola del brazo tomándola por sorpresa y sentándola en una de las sillas del comedor, estaba muy molesto.
— ¿Dónde demonios te habías metido? Tu hermano fue al bosque a buscarte y no encontró nada.
— Dije que no iría a esa estúpida ceremonia—bufó.
— Sabías que era importante, ¡Te dije que tenías que ir quisieras o no!
— Papá...—a YoonGi le preocupaba que le diera algo por su enojo, pero no le gustaba que su hermana actuara indiferente.
— ¡No iba a ir a una estúpida ceremonia! Nunca me toman en cuenta, ¿Ahora lo hacen porque beneficia al idiota del alfa? —se levantó mofándose.
— Si te escuchan hablando así te castigarán o te expulsarán de la manada, controla esa boca, jovencita.
— Kannie, necesitas calmar...
— No, mamá, no es justo que debamos quedarnos calladas porque las jodidas leyes dicen que tenemos que respetar a los hombres, ¡El mundo se puede ir a la mierda!
— ¿Entonces irás en contra del mundo? —su padre ahora la veía incrédulo—Tienes mucho por madurar, definitivamente no fue así como te criamos.
— No te hagas la víctima, ustedes nunca me entienden...
— Intentamos hacerlo, te dije que siempre te protegería, pero a veces me complicas mucho las cosas—YoonGi habló sorprendiéndola, estaba serio—Todos en casa de Jeon se burlaron de papá, se burlaron de ti, ¿Crees que él se merece esto?
Kannie se sintió en parte mal, pero volvía al tema de antes: Su familia vivía de las apariencias tal y como las demás, ¿Cómo es posible que YoonGi entre allí? Nunca lo consideró así, quizás era el consentido, pero...su oppa no podía pensar exactamente como ellos.
— Eso no es nada comparado a lo que yo soporto en clase—se defendió—Te acostumbrarás con el tiempo a ser humillado, burlado y quizás golpeado—apuntó—Yo nací soportando todo eso.
— Malagradecida—su padre se acercó peligrosamente a ella—Todo lo hacemos por ti y tu hermano, deberías agradecer...
— ¿Agradecer? —negó con la cabeza—No, papá, no pienso agradecer nada. Hubiera preferido nacer en otra familia, hubiera preferido no ser una loba...—y no acabó porque un golpe a su mejilla la detuvo. Llevó su mano allí sorprendida, escuchó a su madre horrorizada por aquel acto y su hermano de inmediato alejó a su padre de ella. ¿Su padre la había golpeado? ¿La había abofeteado?
— Jeon JungKook dio el nombre de la chica con quien se casará, debiste estar allí pero no estuviste porque no pensaste en las consecuencias siempre piensas en ti—escupió entre dientes—Vas a casarte con ese chico, ¡Por eso debiste estar ahí! —alzó la voz—Así que si tienes el mínimo respeto por tu familia harás exactamente lo que se te diga, ¿No quieres ser loba? Bien, serás la esposa del alfa.
[...]
Kannie miraba los libros de su casillero teniendo su mente trabajando de más. En esos momentos sus padres se dirigían a casa de la familia Jeon, comenzarían a arreglar todo para la boda, aquel tema le enfermaba, pero le causaba un cosquilleo en el estómago. ¿Ella se casaría con el chico que le gustaba? Bueno, si se ponía así no parecía mala idea, pero si se pensaba de la siguiente forma aquello cambiaba.
Kannie se casaría con el alfa de la manada, sería una más de esas mujeres domésticas y serviciales, ella tendría que pensar sólo en su esposo y los hijos que vendrían después. Cerró sus ojos sosteniéndose del casillero, todo le daba vueltas de repente, escuchaba murmullos de los demás sobre ella y el tema. Ya la conocían como la esposa de Jeon JungKook, ¿Por qué se sentía bien y mal al mismo tiempo? ¿Por qué estaba tan confundida? Respiró profundo recordando la bofetada de su padre, su mejilla estaba algo roja y no se molestó en ocultarlo, le importaba un carajo lo que pensaran o dijeran.
"Pero si me importa lo que pasará ahora"
— ¿Dónde estabas metida ayer? —preguntó el chico cuando ella cerró el casillero. Estaba de brazos cruzados esperando una respuesta.
— No quiero hablar ahora...
— Yo sí—demandó.
— Enserio, sólo déjame...
— Creo que eso será imposible—tomó su muñeca con algo de fuerza, Kannie miró a YuGyeom quien lucía molesto, intentó soltarse, pero éste no cedía.
— Ella dijo que la soltaras—una segunda voz masculina apareció y con ella un cuerpo, soltó su muñeca tomando ahora su mano por su cuenta. JungKook la había liberado de YuGyeom tomándola él.
Algunos estudiantes veían con curiosidad la escena. Por suerte, el chico se fue furioso sin decir más. Miró a Kannie quien lucía cansada, tenía unas ojeras bajo sus ojos y la mejilla roja, la llevó por los pasillos ignorando las miradas de todos. Le parecía raro que ésta no forcejeara ni dijera nada, llegaron al auditorio grande y espacioso, tomaron asiento en aquel escenario en completo silencio, aunque JungKook quería saber dónde estuvo metida ayer no lo preguntaría.
— ¿Por qué me escogiste?
— Porque me gustas—confesó como si nada. Kannie lo miró con ojos atentos y oscuros—No voy a doblegarte ni a volverte una sumisa, Kannie.
— Eso hacen los esposos con sus esposas—apartó la vista mirando al suelo—En la noche de luna de miel su lobo suele ser agresivo y salvaje, las relaciones sexuales nunca han sido algo bueno para nosotros, a los lobos les encanta poseer cosas, personas...
— Tienes una mala idea de lo que somos—corrigió hablando con calma—No todos son así, los lobos de las generaciones pasadas lo eran.
— Casi nos devoramos vivos en ese cuarto de limpieza, dime que eso no es cierto—bufó—No quiero casarme contigo.
Aquello no iba a cambiar su opinión.
— Lo harás, ¿No crees que sería una oportunidad para ti? —la miró y ella igual—La primera mujer lobo se casará por primera vez con un alfa. ¿No crees que eso genera algo de respeto hacia ti y tu familia? —Kannie no lo había pensado de esa forma, ella de nuevo estaba siendo egoísta al pensar sólo en ella. Quiso llorar por impotencia recordando la escena amarga de anoche, apartó la vista parpadeando varias veces evitando dejar salir las lágrimas.
— Nunca me entenderás.
— Por lo que dices y lo que cuentas pareciera que tienes miedo de que te lastime—volteó su rostro hacia él, acarició su mejilla con cuidado y Kannie disfrutó esa caricia, sus ojos oscuros brillaban esta vez—No voy a herirte, no debes temer porque siendo honesto soy yo quien debería tener miedo de ti.
— Entonces no te cases conmigo.
— Kannie...me gustas, siempre lo has hecho, desde niños he tenido mis ojos en ti—confesó en susurros—No hay nada en ti que no me encante, eres diferente a las demás y eso me atrae, quiero casarme contigo.
Las mejillas de la chica se tornaron rojas y una pequeña sonrisa divertida apareció en sus labios, ¿Ella estaba soñando?
— No seré una buena esposa.
— Lo sé, adoras molestarme, lo dejaste en claro—logró sacarle otra sonrisa—Pero yo si te prometo ser un buen esposo—depositó un beso en la comisura de sus labios.
Y ambos lobos tenían sus corazones latiendo al mismo ritmo.